De Al Capone al expresidente Uribe

Felipe Zuleta Lleras
13 de octubre de 2019 - 05:00 a. m.

Al Capone, aquel mafioso nacido en Nueva York, homicida y dueño de los juegos ilícitos y del contrabando en los años 30, fue perseguido por décadas por las autoridades de los EE. UU. por múltiples delitos, hasta que finalmente cayó por el menor de los crímenes: evasión de impuestos. Cumplió una condena de 11 años y sus cómplices en los crímenes no fueron inculpados porque Al Capone era todo un experto en cubrir sus andanzas.

Traigo a colación este dato biográfico de Al Capone porque esta semana estuvo en indagatoria el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

A ver me explico: de Uribe se dicen muchas cosas desde hace años. Que le entregó licencias a Pablo Escobar cuando fue director de la Aerocivil en los años 80; que estaba en una lista de las autoridades de inteligencia de los EE. UU. (con el número 82), como se conoce, en supuestas actividades ilícitas; que ordenó chuzadas a opositores, magistrados y periodistas cuando fue presidente; que su hermano fundó un grupo paramilitar; que sabía de los falsos positivos; que tuvo que ver con el caso de las masacres de El Aro y La Granja y el asesinato de Jesús María Valle.

Conviene recordar que a la fecha el expresidente tiene 56 denuncias abiertas en la Comisión de Acusaciones y 28 investigaciones en su contra en la Corte Suprema de Justicia. En ninguno de estos casos ha sido ni vinculado, ni procesado y mucho menos condenado.

Al expresidente, hasta ahora, no le había pasado nada concreto, formalmente hablando, en proceso alguno. Esta semana tuvo que rendir indagatoria y quedó sometido al imperio de la ley y sus jueces a través de un proceso penal. Eso no quiere decir que sea culpable, pues eso solo puede decirlo la Corte Suprema de Justicia, si así lo sentencia.

Lo impresionante es que hasta ahora Uribe siempre ha demostrado que nada tuvo o tiene que ver con delito alguno. Sin embargo, muchos de sus colaboradores fueron condenados y él no sabía nada. Eso es difícil de creer conociendo a Uribe como mandatario, que se dedicaba 24 horas a seguir todos los temas hasta el más mínimo detalle.

Hay que decirlo: el expresidente es inocente mientras no se demuestre, judicialmente, lo contrario.

Asumamos pues que sus secretarios generales en Presidencia, Bernardo Moreno y Alberto Velásquez, delinquieron a sus espaldas pues ambos fueron condenados. También lo traicionaron los condenados exministros Diego Palacio, Andrés Felipe Arias y Sabas Pretelt. Lo hicieron igualmente los exdirectores del DAS María del Pilar Hurtado y Jorge Noguera, etc.

Esta semana el senador Uribe tomó distancia del abogado Diego Cadena, de quien se sabe le entregó dinero a un testigo relacionado con el caso de Uribe y la investigación que se le sigue por soborno y fraude procesal. Otro que actuó a sus espaldas.

No seré yo quien diga que Uribe es culpable pues la inocencia se presume. Pero no vaya y sea que al senador le pase lo de Al Capone. ¡El que entendió, entendió!

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