De aquello que los candidatos no hablan

Aldo Civico
09 de mayo de 2018 - 04:40 a. m.

Me parece curioso que los candidatos presidenciales hayan hablado de manera muy escasa sobre las ciudades colombianas y sus crisis. Según el sismógrafo electoral de El Espectador, el candidato que más ha hablado de seguridad urbana ha sido Germán Vargas Lleras, pero lo ha hecho de manera nefasta y peligrosa.

De hecho, Vargas Lleras promete más de lo mismo, o sea, más mano dura. Lo más alarmante, considerada la trágica historia de este país, es su propuesta de crear un cuerpo de vigilancia integrado por la misma comunidad. ¿Acaso Colombia necesita más Convivir?

Las ciudades hoy son el epicentro de problemas que trascienden lo local, y reflejan las dinámicas de un mundo cada vez más interdependiente. Hoy la calidad de la vida urbana requiere también la intervención de un gobierno nacional. Por eso, y por el hecho de que más del 70 % de los colombianos viven en áreas urbanas, los candidatos presidenciales deberían articular más, y con mayor frecuencia, su visión sobre las ciudades; sobre todo, teniendo en cuenta que históricamente los gobiernos nacionales no les han prestado suficiente atención.

Resolver los grandes temas que agobian a las ciudades colombianas hoy requiere experimentar con nuevos modelos de gobernabilidad. De hecho, una administración local no puede ser el único y principal motor de las soluciones, ni siquiera en el ámbito de la seguridad, que es un tema demasiado importante para que sea monopolio exclusivo de las fuerzas represivas. Como escribió en estos días un líder de la Comuna 13 en Medellín, reflexionando sobre lo que le está pasando en su comunidad, “lo contrario a la inseguridad no es la seguridad, lo contrario a la inseguridad es la convivencia”. Hoy también la sociedad civil, la academia y las empresas están llamadas a tomar cartas en el asunto.

Alrededor del mundo aparecen constantemente modelos de esta nueva gobernabilidad, en los cuales lo público, lo privado y la sociedad civil trabajan de la mano. Por ejemplo, cuando Detroit, en Estados Unidos, fue golpeada por una grave crisis financiera, que llevó a la ciudad a la bancarrota, fueron los líderes sociales, la empresa y la filantropía quienes se enrollaron las mangas creando una alianza estratégica que hoy está revitalizando la ciudad. Juntos pudieron pensar de manera audaz, llegando a recalibrar el papel que tradicionalmente había liderado el sector público en varias áreas, papel que ya no lograba desempeñar. No se trata de sustituir al Estado. Más bien se trata de articular e involucrar a todo el sistema, orientándolo hacia un propósito compartido y más elevado.

Las ciudades hoy juegan un papel fundamental y central en el bienestar de los ciudadanos. Pero las ciudades sin una articulación nacional no pueden cumplir sus propósitos si son dejadas solas al enfrentar sus desafíos. Por eso, sería importante escuchar con más frecuencia y detalle la visión que los candidatos presidenciales tienen sobre el presente y el futuro de las ciudades colombianas.

 

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