De bolsillos públicos a privados

José Roberto Acosta
06 de mayo de 2017 - 03:00 a. m.

Mientras el ministro de Salud pone cara de queja por la falta de recursos para su sector, tiene otra cara de complacencia con Cafesalud, a la que prestó $200.000 millones con recursos del Fosyga, que no deberían destinarse para estas riesgosas operaciones, pero deformó con la resolución 4385 del año 2015. ¿Que dicen la Superintendencia Financiera y la Contraloría General ante esta deformación legal? ¿Se recuperarán estos recursos públicos con la venta de Cafesalud a Sánitas? ¿Ha investigado la Superintendencia de Industria y Comercio posibles violaciones en esta venta a los límites de integración vertical al estilo de Saludcoop?

Apropiarse de cargos con decisión dentro del Estado ha sido la carrera de familias politiqueras que saben cómo trasladar dineros de todos los colombianos a sus propios bolsillos y al de sus “socios privados”.

Mientras el ministro de Salud pone cara de queja por la falta de recursos para su sector, tiene otra cara de complacencia con Cafesalud, a la que prestó $200.000 millones con recursos del Fosyga, que no deberían destinarse para estas riesgosas operaciones, pero deformó con la resolución 4385 del año 2015. ¿Que dicen la Superintendencia Financiera y la Contraloría General ante esta deformación legal? ¿Se recuperarán estos recursos públicos con la venta de Cafesalud a Sánitas? ¿Ha investigado la Superintendencia de Industria y Comercio posibles violaciones en esta venta a los límites de integración vertical al estilo de Saludcoop?

Mientras congresistas de la región Caribe se rasgaban las vestiduras por el mal servicio de Electricaribe y sacaban pecho con la toma de posesión de esa empresa española por parte de la nación, callan a sus ingenuos electores que para el proceso de “reestructuración” se pusieron más dineros públicos por valor de $450.000 millones como respaldo, para que los proveedores privados le suministren energía, pero sin solucionar los líos estructurales que dejaron los extranjeros.

Por otro lado, de los $6,2 billones recibidos por la venta de Isagén hoy están embolatados $3 billones y sólo $2,5 billones han llegado a la Financiera de Desarrollo Nacional, donde empiezan a diluirse en gastos que generan duda. Mientras esta entidad financiera, propiedad de todos los colombianos, tenía 91 funcionarios en el año 2015 que representaban un gasto de $11.590 millones, para el año 2016 ya eran 107 empleados que costaron $17.073 millones, destacándose el rubro de bonificaciones, que pasó de $208 millones a $1.632 millones en ese mismo período. Incremento que no se compadece con su flojo desempeño frente a lo prometido por el Gobierno y el exministro Guillermo Perry, quien, mientras defendía la inconveniente privatización de Isagén, nunca reveló que era miembro, dizque independiente, de la junta directiva de esta entidad financiera, receptora de tan valiosos recursos públicos.

Estos son sólo unos pocos ejemplos de cómo el Estado es convertido en un negocio rentable sólo para algunos manipuladores burócratas que lo controlan, y no para sus verdaderos accionistas: todos los colombianos.

@jrobertoacosta1

 

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