De la relevancia de las economías colaborativas

Felipe Jánica
07 de octubre de 2019 - 05:00 a. m.

El concepto de economía colaborativa ha empezado a tomar forma a partir de la cuarta revolución industrial. Sin embargo, sus antecedentes son antiquísimos. Su génesis tiene origen desde el nacimiento de la economía misma. Más bien, el concepto se está empezando a desarrollar e introducir en el argot popular, a raíz del nacimiento de conceptos disruptivos en los que se eliminan las cadenas logísticas y con el nacimiento del del comercio electrónico. Los beneficios y desafíos para las economías latinoamericanas son todos; no obstante, estamos abriendo una posibilidad importante para el verdadero inicio de un desarrollo económico en nuestras golpeadas economías.

En el caso colombiano, como en la mayoría de los casos de las economías latinoamericanas, la dependencia de bienes primarios ha sido la causante de mucha inestabilidad. La dependencia de algún tipo de bien, en particular primarios como pasa en Colombia, desequilibra el crecimiento económico en los otros dos tipos de bienes, secundarios y terciarios. En el caso de los bienes primarios (materias primas o recursos naturales renovables y no renovables o Commodities), su precio normalmente no está controlado y depende de un precio internacional denominado además en dólares. Cuanta más dependencia tengamos de estos bienes menos posibilidad tendremos de buscar desarrollo económico, pues nuestra atención se centrará en ser un país productor de commodities en lugar de diversificarnos con la producción industrial (bien secundario) y la prestación de servicios de clase mundial (bienes terciarios). Ahora la con la volatilidad del dólar americano es cuando recobra importancia la necesidad de diversificarnos para evitar impactos negativos en nuestra ya goleada economía.

Es por eso que la búsqueda de alternativas debería ser la máxima de los estados latinoamericanos. En particular en el caso colombiano, ya lo he mencionado en columnas anteriores, se necesita una reforma estructural del estado. En esta reforma se deberían analizar cambios en materia de educación, justicia, seguridad, infraestructura, movilidad de carga y de pasajeros en el territorio nacional, corrupción y la eliminación de la burocracia ineficiente tanto privada como estatal. Derivado de esta reforma, el capítulo de financiación conllevaría a tener embebida una reforma tributaria. De lograr una reforma integral, seguramente las calificaciones de riesgo del país mejorarían sustancialmente y con ello se facilitaría la competitividad del país.

El vehículo para poder lograr semejante transformación económica debería ser la creación de más y mejores plazas de empleo. Esto podría lograrse a través del impulso de iniciativas privadas y públicas que traigan consigo el concepto de economía colaborativa. La esencia de la economía colaborativa se basa en la integración de productores y consumidores en una comunidad. El concepto es bastante sencillo. Ambas partes tienen un objetivo común, tanto los productores como los consumidores, por ello la creación de un esquema colaborativo entre las partes facilita la conexión y por ende el intercambio de productos o servicios. La creación de ecosistemas colaborativos en la tecnificación del agro, por ejemplo, podría ser un coadyuvante a la tecnificación e industrialización del agro y pasaríamos de un simple bien primario a una industrialización del sector en donde habrá beneficios tanto para productores como consumidores, no solo en la arena local sino en la internacional. Sacar provecho de la cuarta revolución industrial y utilizar sus habilitadores (lo digital el internet de las cosas y la tecnología) será fundamental para la creación de ecosistemas colaborativos. La tarea de las instituciones es facilitar el camino para ideas revolucionarias como éstas. Sin embargo, es entendible que si las instituciones están preparadas para facilitar el camino a los negocios tradicionales y no los propios de una economía colaborativa. Por ello es prioritario que se ejecute, urgentemente, una reforma estructural.

En Twitter @JnicaV.

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