De las malas influencias y otros males

Felipe Jánica
04 de febrero de 2019 - 05:00 a. m.

Siempre he afirmado que uno de los males endémicos con los que cuentan las organizaciones es no saber diferenciar entre una estrategia, una de largo plazo, y la excelencia operativa, esa que es siempre de corto plazo. El asunto de fondo, con esta sutil pero contundente afirmación, es que las organizaciones deben procurar por se más estratégicas sin que ello los conduzca al olvido parcial del hoy y del ahora. Contar con los recursos necesarios para tener presente los dos componentes a la vez, debe ser una prioridad en las organizaciones. Para ello será necesario contar con un equipo de trabajo cohesionado y comprometido por los objetivos comunes. Sin embargo, existen toda clase de personajes en los equipos de trabajo, la mayoría buenos, pero cuidado con los influenciadores negativos.

Otro de los asuntos con los que he sido reiterativo es que las organizaciones no son exitosas por sí solas. Dependen en su totalidad de una estrategia clara de negocios. También es importante recordar que ese negocio debe tener un firme propósito y que éste sea loable. No es posible tener una organización exitosa y longeva si no tiene claro su propósito o que éste sea perjudicial para la sociedad. Por eso es tan importante resaltar que los negocios y el propósito de los mismo debe ser bueno no solo para el emprendedor o empresario sino para sus interesados claves (Stakeholders es decir sus clientes, proveedores, colaboradores, los reguladores y su ecosistema donde sobresale el medio ambiente). Por supuesto hay excepciones, pero tarde que temprano las organizaciones que no tengan este propósito claro terminarán en el fracaso y consecuentemente en la banca rota.

Ahora bien, no hay organizaciones sino personas. Es decir, las organizaciones lo son por las personas que tiene a su haber. Por ello es vital que las organizaciones sepan elegir a su talento humano y esta es una labor que nace desde el reclutamiento. Así las cosas, hay que poner total atención al reclutamiento y no delegarlo. Los líderes deben ponerse al frente de este proceso y delegar funciones rutinarias, pero la estrategia de reclutamiento de estar al liderada por los líderes de las organizaciones valga el pleonasmo. Esto será esencial para contar con los mejores colaboradores y así evitar la degradación de los equipos de trabajo. Es que normalmente los problemas al interior de las organizaciones dependen, no de un equipo de trabajo sino de un grupo reducido de personas que hacen que el equipo de trabajo no sea de alto desempeño.

Son precisamente esos personajes los que hay que identificar. Normalmente son aquellos que mejor se quieren vender internamente, los que buscan siempre quedar bien los jefes, los que hablan mal de sus colegas o hacen inferencias negativas constantemente, los que gastan gran parte de su tiempo a mover sus estrategias al interior de las organizaciones y se olvidan de su trabajo. Muchas características antagónicas de estos personajes son las que sobran, pero la peor de todas es que sean malos influenciadores de los líderes. Cuando un líder escucha y sigue un mal influenciador seguramente ha sido por algo a cambio. Este influenciador negativo siempre busca alabar a su jefe o líder para ganarse la confianza y una vez lograda lo que busca es destruir a los demás vía malos comentarios para los líderes. Este es el verdadero motivo del porqué las organizaciones tardan en ser exitosas.

Así las cosas, si usted es un líder por favor identifique aquellos malos influenciadores. Identificarlos es fácil. Lo complicado será aceptar que realmente son influenciadores negativos, pues para ganarse su confianza recuerden que los alabaron y eso les alimentó el ego. La invitación es que usted como líder tenga claro que no lo es sino tiene liderados, pero esos no son siempre los que hablan bien de usted. No se deje alimentar negativamente el ego. No caiga en el juego de dejarse influenciar por este tipo de personajes pues al final del día los resultados de su organización hablarán por sí solo, recuerde que entre cielo y tierra no hay secretos y que además no hay mal que dure cien años ni organización que lo resista. Recuerde también que “no se trata de quien es bueno en tu cara sino de quien el leal a tus espaldas” este quote lo leí no me acuerdo dónde, pero bien cierto sí es.

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