Construir democracia

“Decidí contarlo”

Hernando Roa Suárez
25 de marzo de 2020 - 05:00 a. m.

Es evidente que la democracia colombiana está en peligro; los politiqueros siguen haciendo desastres. Si la queremos fortalecer, un camino es preparar personalidades politécnicas como Guillermo Perry.

Lo conocí como tecnócrata cualificado y profesor de la primera especialización en Finanzas Públicas que tuve el honor de fundar en 1983 en la ESAP, con la eficiente coordinación de Fernando Rojas H. y Edgar González S. Complementariamente, en 1986, fue muy grato invitarlo a intervenir en la presentación del texto que publiqué con la consagrada economista e investigadora Astrid Blanco, sobre “Hidroeléctricas en Colombia. Impactos ambientales y alternativas”. El libro se comentó en el auditorio de la Academia Colombiana de la Lengua, con la asistencia de significantes representantes del sector hidroeléctrico y parte de la comunidad científica nacional. En dicho acto académico, intervinieron el prologuista Julio Carrizosa Umaña, el suscrito y Guillermo Perry. Allí pudimos disfrutar su responsabilidad tecno-política al elaborar reflexiones sobre el tema. Al poco tiempo, fue designado ministro de Minas y Energía por el señor presidente Virgilio Barco.

Han pasado los años y nos encontramos ahora con su prematuro fallecimiento a los 73 años. No olvido que en el homenaje que se le rindió en la Universidad de los Andes, en el 2019, se escucharon testimonios espléndidos de lo que fue su vida integral como profesional, asesor tecno-político, ministro, profesor, padre, amigo y compañero. Un grupo muy importante de la comunidad universitaria colombiana, y específicamente de la uniandina, exaltó sus valores, consagración al servicio de la democracia y fino sentido del humor.

Revisemos, a grandes zancadas, el índice temático del libro: El cuidadoso aprendizaje que tuvo en el gobierno del presidente Carlos Lleras Restrepo y su valiosa labor en el DNP; el contraste con la inexperiencia tecnopolítica de Misael Pastrana y sus manejos politiqueros; la importancia de la reforma tributaria y petrolera bajo López Michelsen y la bonanza para los cafeteros…; el reconocimiento a la capacidad política de Turbay y sus discrepancias con el Estatuto de Seguridad y con su gobierno; la crisis 1982-84 y el acuerdo “informal” con el Fondo Monetario, las misiones de empleo y de finanzas intergubernamentales, el Plan Nacional de Energía… durante el gobierno Betancur y su ingreso al periodismo y la política.

La continuación de su eficiente labor ministerial y el enfrentamiento a la violencia abierta de Pablo Escobar, durante el gobierno Barco, acompañada de las consecuencias del asesinato de Luis Carlos Galán. Su magnífica experiencia en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991… con los logros y fallas en la reforma a la justicia y al proceso de descentralización; la precipitada apertura económica de César Gaviria, las reformas laborales, pensionales y de salud; las privatizaciones, el apagón y la fuga de Escobar en este gobierno.

El buen programa de Samper que se frena; su decepción a raíz del proceso 8000 y su abandono a la participación directa de lo público. La crisis de 1999, el desperdicio de la bonanza y la ineptitud de Andrés Pastrana. El perfil de Álvaro Uribe; las negociaciones secretas con las FARC, la derrota del plebiscito; el despelote del postconflicto; el perfil de Juan Manuel Santos y finalmente: “la corrupción generalizada: otro daño colateral del narcotráfico”. Así, de esta manera vertiginosa, he descrito parcialmente, el índice de este texto que puede ser objeto de estudios académicos ampliados y rigurosos.

¿Qué es entonces este libro? Es un ejercicio serio y pedagógico que permite comprender, especialmente, los componentes político-económicos más importantes de los últimos 50 años en Colombia. No se trata de opiniones sino de criterios fundados que nos permiten comprender la complejidad del proceso colombiano dentro del contexto latinoamericano y mundial. ¿Y para qué sirve?: Para disponer de información cualificadamente confiable en torno a los actuales desafíos y peligros de nuestra democracia, profundizándolos en seminarios, cursos, diplomados y debates serios, que permitan acercarse a comprender aspectos sustantivos de la historia reciente de Colombia.

Es un libro que tiene la propiedad de adentrarse en el conocimiento de dimensiones sustantivas del proceso histórico de nuestro país (1966 – 2016), por parte de un auténtico politécnico que creyó en la democracia y se comprometió en la formulación, implementación y evaluación de significantes políticas públicas. Leerlo es indispensable para quién aspire a ser estadista en los próximos decenios. Así mismo, realiza caracterizaciones fundadas en torno al peligro en el que se encuentra la democracia colombiana, si no da un gran viraje frente a la corrupción pública y privada y al manejo inapropiado del proceso de la toma de las decisiones al interior de nuestro régimen presidencial. Alejandro Gaviria tiene razón al sostener en el Prólogo: “Este libro, un testimonio excepcional, ayuda a entender por qué, a explicar la magnitud del desafío y a apreciar los esfuerzos de muchos colombianos para enfrentarlo”.

Sus criterios sobre los presidentes: Carlos Lleras Restrepo, Misael Pastrana, Alfonso López Michelsen, Julio César Turbay, Belisario Betancur, Virgilio Barco, César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos –aunque sintéticos- bien vale la pena conocerlos y analizarlos incisivamente para saber distinguir entre un estadista y astutos buscadores pragmáticos de poder. Preocupa ver de cerca cómo –con gran frecuencia- han predominado los intereses individuales, los egos y las incompetencias para el ejercicio del poder, sobre los grandes proyectos e intereses nacionales. Es evidente que las motivaciones individuales han prevalecido, produciéndole un gran daño al proceso político y contribuyendo al atraso científico-tecnológico e innovador de Colombia. Cuántos errores e incompetencias, por quienes han tenido el más grande honor que el país puede otorgarle a un ciudadano.

Y una comedida insinuación dirigida a los señores rectores y decanos de las universidades públicas y privadas: me permito recomendarles la lectura cuidadosa de este libro. Guillermo Perry Rubio fue un politécnico de tiempo completo. En buena hora DECIDIÓ CONTARLO. Si queremos fortalecer nuestro proceso político, estamos invitados a potenciar personalidades como él. Es cierto: la democracia colombiana está en peligro. Entonces: hay que formar estadistas, no politiqueros que pueden dar al traste con nuestra precaria democracia, pero democracia al fin.

El texto es pues un magnífico aporte a la comprensión del actual momento político de Colombia, con perspectiva histórica. Gracias a Guillermo y a Isabel López por su trabajo responsable. Nos será muy útil a los demócratas. ¿Será viable organizar la Cátedra Guillermo Perry en los Andes?

roasuarez@yahoo.com

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