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Dejamos de vernos

Lorenzo Madrigal
17 de agosto de 2020 - 05:01 a. m.

No sé si sea del todo malo o si tenga sus ventajas. Y no es que me molesten los encuentros con la gente que estimo, por el contrario, tengo preparada una nota que titularé: “Quiero ver a alguien”.

Me explico, si estuviéramos viéndonos a menudo, como lo hacíamos antes, estaríamos, en época tan contradictoria como esta, chocando permanentemente.

Quienes son poco afectos a Uribe y Duque estarían –y están- celebrando eufóricos la detención del primero de ellos. Y los confabulados del “No” a Santos y los que se fueron por Duque, cuando Petro asomó, estarían enfrentados con los anteriores por ese mismo hecho, producto de ostensible saña judicial. Siendo todo esto real, nos lo estaríamos cobrando los unos a los otros, entre familiares y amigos, si nos viéramos.

Cómo no que los alegatos serían frecuentes, que saldríamos de las casas de nuestros allegados o ellos de las nuestras con muchos abrazos y sonrisas, pero con un sabor amargo entre los labios y no por la quemazón del último cognac que se nos brindó, sino por aquella última frase ofensiva sobre nuestras afinidades políticas.

Quedaríamos con ganas de no vernos por un tiempo, “con este tipo no se puede”, tal vez diría alguno de nosotros en su interior. Afortunadamente con las damas poco se habla de política y lo sencillo de la vida prevalece sobre esas otras cosas, importantes o no, que no está en nuestras manos resolver. “Otro día vienen y nada de irse tan temprano. Parecen bravos, quisieran decirnos. Aquí los queremos mucho”.

No viéndonos por efecto de la pandemia, preservamos los recuerdos del afecto en sus mejores momentos, los de las risas espontáneas y cuando mandábamos las discrepancias para el lugar adecuado. Como cuando Turbay decía no poder oponerse a Belisario presidente, porque solamente con verlo ya quisiera abrazarlo. Gran hombre pragmático que fue Julio César Turbay.

Lo que demuestra que el juicio a un expresidente es algo netamente político es el reparto por linderos ideológicos. Se está a favor o en contra del personaje y no a favor o en contra de la justicia, que es ente impersonal al que no se quiere mucho y más bien se utiliza.

***

Al abogado (lector) Enrique Cáceres: Con mis respetos, no he afirmado que el expresidente Uribe no pueda ser juzgado, sino que debería serlo en condición de expresidente, ya que el ejercicio del poder es fuente de contradicciones políticas.

En columna anterior expresé un deseo, no una interpretación legal, por el respeto a quienes en un momento dado han representado a la Nación, en este caso por ocho largos años. Tan amplio período contó con mayorías enloquecidas a su favor, cuando nosotros, casualmente, éramos oposición.

Gracias por sus opiniones históricas y jurídicas.

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