Dejen de joder, desocupados

Felipe Zuleta Lleras
06 de octubre de 2019 - 05:00 a. m.

¡A ver si nos entendemos sobre ciertos temas! Ciertamente durante los últimos diez días al gobierno Duque le han salido mal un par de temas que, entre otras cosas, tumbaron a dos generales de la República.

La primera fue el haber incluido cuatro fotos (sacadas de contexto) en un dossier que el presidente les entregó a los secretarios de la ONU y la OEA, entre otros. Este documento demuestra los claros e inequívocos vínculos entre el gobierno del dictador Maduro, la guerrilla y los carteles de la droga colombianos. El segundo caso fue la fuga de la exparlamentaria Aída Merlano, por la ventana de un consultorio en el norte de Bogotá.

Ambos hechos ciertamente son embarazosos, pero, indudablemente, no dan para destrozar al presidente Duque y su gobierno. Esto, en parte, se debe a las redes que permiten que todo el mundo opine (pendejadas, por supuesto).

Tal vez si los tuiteros conocieran algo distinto que su endemoniado celular se habrían enterado de los verdaderos escándalos que han sacudido a este país en el pasado. El Proceso 8.000, la entrega del gobierno de Pastrana del Cagúan a las Farc para rearmarse y organizar su negocio de narcotráfico, las chuzadas de Uribe o la compra del voto a Yidis Medina para su reelección, los falsos positivos, la decisión del expresidente Santos de burlarse del resultado del plebiscito después de que su propuesta de paz fue derrotada en las urnas, el cartel de la toga (en donde altos magistrados cobraban por sus sentencias), el escándalo de Dragacol, el robo de Reficar, los desfalcos en la Guajira, los parapolíticos, el saqueo a la salud y a los alimentos de los niños, y así sucesivamente.

Pues ahora resulta que los enemigos del presidente han decidido opinar que los dos hechos relatados al comienzo de esta columna son los peores escándalos del país. ¡No joda! Qué falta de criterio. Pero, claro, eso pasa porque Duque es demócrata y no persigue a sus opositores. Y eso es una cualidad y no un defecto.

No parece serio que algunos opinadores y periodistas se refieran al presidente como el subpresidente. Qué falta de respeto y qué majadería tan manifiesta. Por cuenta de esto el dictador Maduro le dice igual. Qué actitud tan destructiva la de estas personas, quienes serán los primeros en salir del país aterrados el día que llegue a la Presidencia una persona de extrema derecha o de izquierda.

Creo que el presidente está haciendo bien las cosas y lo he dicho en varias columnas. Eso, claro está, les hincha las pelotas (como se dice popularmente) a los opositores del Gobierno. A mí no me bajan de enmermelado, cosa que la verdad no me importa.

A diferencia de los malquerientes del Gobierno, siempre he estado convencido y seguiré estándolo de que si al presidente Iván Duque le va mal, al país le va peor. Qué daño tan brutal y enorme el que las redes les hacen a los jóvenes, a las relaciones interpersonales, a la sociedad y a la democracia. Definitivamente, la maldición del siglo XXI.

 

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