Del secretario de Movilidad de Bogotá

Quiero solicitar muy cordialmente se rectifique de manera inmediata la información publicada en el periódico El Espectador, sección Tema del día, en la nota titulada “Contrato de semáforos en Bogotá: ¿lo ganaron con documentos alterados?”, ya que el artículo, basado en la denuncia de un ciudadano, deja en tela de juicio mi nombre, el de la Secretaría de Movilidad y por el ende el de la Alcaldía Mayor de Bogotá.

Según El Espectador, “…el Consorcio Movilidad Futura presentó una oferta por $173.000 millones (casi $42.000 millones menos). Aunque dicho consorcio quedó inicialmente descalificado, por considerar que su ofrecimiento fue artificialmente bajo, revivió y ganó el contrato tras dar sus justificaciones al Distrito, en reuniones a puerta cerrada”.

El párrafo citado no hace parte de la denuncia ciudadana, por lo que se trata de una afirmación mentirosa y que no corresponde con la realidad. Y, más grave aún, señala de manera difamatoria la comisión de un delito grave de mi parte, en cabeza de la Secretaría Distrital de Movilidad.

Ni yo ni ninguno de los miembros de mi equipo sostuvimos, como afirma el medio, reunión alguna, y mucho menos “varias reuniones a puerta cerrada” con el proponente de esta licitación. De hecho, suscribimos, firmamos y honramos un compromiso en el que se estableció que no habría reuniones de los directivos de la Secretaría con los interesados en el proceso licitatorio.

Todas las reuniones, con este y con todos los proponentes de la licitación, se hicieron, como lo indica la ley, en Audiencias Públicas que están grabadas y cuyas actas pueden ser consultadas libremente por las autoridades competentes o quien lo requiera.

El artículo publicado por El Espectador nos acusa de haber cometido un delito y deja en clara tela de juicio nuestra honestidad en un proceso absolutamente transparente, regido estrictamente por el derecho y las leyes contempladas en la legislación colombiana.

Juan Pablo Bocarejo. Secretario de Movilidad de Bogotá.

N. del D.: Tal como se aclaró en la versión digital del artículo citado, el consorcio presentó sus explicaciones, pero pidió de manera clara que se tratara como estrictamente confidencial y no se compartiera con los demás oferentes. Al estudio de este documento es a lo que se refería el término “a puerta cerrada”.

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