Demasiados partidos

Jorge Tovar
24 de diciembre de 2018 - 02:00 a. m.

La Dimayor aprobó para 2019 un torneo con 452 partidos. Exageradamente largo para lo que se acostumbra en Colombia y en el resto del mundo. De hecho, considerando la muestra de 36 países que describo en el gráfico, no hay torneo más largo que el colombiano.

Se entiende que los directivos del fútbol asocian más partidos con mayor interés, uno de cuyos indicadores es el número de espectadores en los partidos. En 2019, además, el fútbol colombiano estrenará el canal prémium, el modelo del “pague por ver”. Si bien no son claros para mí los términos del contrato, algunas fuentes sugieren que los equipos recibirán más dinero en la medida que haya más partidos. El argumento es evidentemente circular. El éxito del canal prémium depende del interés que genera la Liga Águila. Lo que está por verse es si más partidos generan mayor interés.

Un indicador natural del interés del fútbol es el número de espectadores que asisten al estadio. Cierto que los clubes hoy día reciben una buena parte de sus ingresos directamente de los derechos de televisión, pero también es cierto que hay una correlación entre la asistencia a los estadios y el rating que pueda generar un equipo. Lo primero, por tanto, es intentar determinar si es cierta la premisa de que a mayor número de partidos habrá mayor interés en el fútbol profesional.

La gráfica muestra, para el caso de 36 países, el número de partidos jugados por temporada contra el número de espectadores promedio por partido. Se consideran todos los partidos. Los sistemas del torneo varían desde el ida y vuelta tradicional de grandes ligas como España o Inglaterra, hasta la existencia de playoffs por el campeonato, un torneo continental o el descenso. En algunos países, como Colombia, hay equipos que quedan eliminados, sin posibilidad de seguir recaudando por taquilla, una vez se ha disputado alguna versión de temporada regular. Así, en un año puede haber uno o dos campeones, según el torneo. La uniformidad en la estructura de las ligas brilla por su ausencia.

La gráfica muestra una correlación positiva débil entre asistencia promedio y el número de partidos. Sin embargo, considerando el intervalo de confianza estadístico, países como Colombia y Perú son valores extremos. Es decir, muchos partidos y pocos espectadores. Aun entendiendo que el modelo habría que extenderlo para determinar con precisión la relación de causalidad, la evidencia descriptiva sugiere que el incremento en el número de partidos no va a disparar el interés del fútbol colombiano. Es necesario estudiar y entender cómo desplazar verticalmente el punto de Colombia para que, dado un número de partidos, haya más espectadores.

Los 452 partidos de 2019 van a ser una anomalía mundial. El aficionado no solo va a ser saturado de un fútbol de bajo interés, sino que se promueve el fracaso de los representantes colombianos en el continente. A la larga, el perdedor será el fútbol colombiano. Y el canal prémium.

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