Dependientes

Hernán Peláez Restrepo
17 de junio de 2018 - 09:00 p. m.

Faltando aún una selección de Suramérica por presentar examen, Colombia, es importante revisar por qué obtuvieron esos resultados Uruguay, Argentina y Perú. La selección charrúa resultó ganadora ante Egipto. Mantiene un plan de juego sostenido y conocido, gracias a la continuidad de 10 años del maestro Tabárez.

No varía mucho el estilo de juego y sostiene la idea de ser práctico ante todo. Pocos arabescos y vueltas, despreocupación de la famosa tenencia de la pelota y apoyarse en la capacidad goleadora de Suárez y Cavani, dándole, eso sí, enorme valor al juego aéreo, donde sus zagueros centrales, Godín y Giménez, consiguen puntos, como ocurrió en su debut mundialista.

Argentina, como Portugal, sufren dependencia de dos estrellas y cotejantes directos por los grandes honores que ofrece el fútbol de hoy. Tanto Cristiano como Messi emergen como líderes, y si ellos consiguen ser determinantes, sus selecciones ganan puntos. Portugal, gracias a Cristiano y su tripleta de goles, le sacó del bolsillo a España el punto.

Quedó patentado aquello de ser excesivamente influyentes en sus grupos. Ambos están muy por encima del nivel de sus compañeros. Dicho de otra forma, juegan en solitario. Cristiano debe extrañar el respaldo de volantes como Casemiro, Kross y Modric. Algo similar ocurre con Messi. En Barcelona lo arropan, lo protegen, juegan para él. Los dos son consentidos, y bien que lo merecen.

Más allá de esa soledad vivida en sus selecciones, Cristiano arrancó con tres goles, mientras Messi desaprovechó por tercera vez un penalti con su selección. Nadie conocía a conciencia el poder defensivo y de marca de Islandia, comenzando por Sampaoli, quien cuando se sostenía el empate realizó cambios cuestionables. Mandar a Higuaín a tirar centros y darles tanto tiempo a Biglia y al joven Meza identifican su confusión. Ahora bien, el sistema defensivo es un tembladeral, como se comprobó en el gol de empate de los islandeses. Menos mal empató.

Sí mereció mejor suerte Perú, que trabajó con denuedo por el empate. Perdió por un buen gol de Poulsen, aunque de ahí en adelante intentó por varias vías y jugando dentro de su estilo, fútbol a ras de piso y por los costados, gracias a Trauco y sobre todo a Carrillo.

A diferencia de Argentina, Perú exhibe más juego de conjunto y puede encerrar enorme valor la pena máxima errada por Cueva. En eso, Messi y el peruano quedaron en deuda y con cierto cargo de conciencia.

En resumen, balance agridulce para los de nuestro continente. Así es el fútbol. En el aspecto de juego asociado espero que Colombia aparezca y lo presente. Ojalá no abuse de la dependencia de un solo jugador.

 

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