Desde la prisión de Uribe

Poco a poco nuestro país se ha ido acostumbrando a que desde algunas cárceles del país se manejen temas políticos, se escojan candidatos y se ponga toda una maquinaria electoral a favor de determinada persona para que gane unas elecciones.

Tantas veces ha ocurrido esto y tanto nos hemos acostumbrado a esa oscura realidad, que ya no importa que algo similar ocurra y poca importancia se le presta al tema, así en esta ocasión se trate del partido político del primer mandatario, es decir, el Centro Democrático.

Para nadie es un secreto que todas las decisiones que se toman en el Centro Democrático deben tener el visto bueno de Álvaro Uribe Vélez, personaje que en estos momentos se encuentra en prisión domiciliaria por orden de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia.

Vale la pena entonces preguntarnos qué tan bien puede ser visto que el partido del gobierno sea manejado desde un lugar de detención que, así sea domiciliaria, tiene la figura de prisión.

No sé si alguien en nuestro país se ha puesto a pensar o se ha dado al análisis de lo que en adelante ocurrirá con el Centro Democrático. Hasta el momento se han escuchado voces prediciendo lo que pasaría si el expresidente y senador Uribe no se presenta en las elecciones legislativas de 2022. Esto resulta ser toda una nimiedad, si se tiene en cuenta que cualquier decisión en materia electoral y de consecución de recursos será tomada desde una prisión.

De esta manera, desde el lugar de reclusión de Uribe no solo serán escogidos los candidatos que integrarán las listas a la Cámara de Representantes y Senado para las elecciones de 2022. Además de este particular hecho, desde allí también saldrá el nombre de la persona que aspirará a reemplazar a Iván Duque en la Presidencia de la República por el Centro Democrático.

En un país civilizado, estoy seguro de que esto sería mal visto y no tendría ninguna legitimidad, pero como esto es Colombia, un país donde algunos nombres de candidatos se han decidido desde una cárcel, lo mismo que sus votantes y su financiación, nada de raro tiene que ahora todo un partido político se dirija desde el sitio de reclusión en donde se encuentra su máxima figura.

Lo más vergonzoso es que este sea el partido del primer mandatario, lo que quiere decir que el visto bueno a cualquier apoyo a los proyectos de iniciativa gubernamental se dará desde la detención domiciliaria de Uribe.

Ni hablar de los nombramientos que se hagan en el Gobierno Nacional y que deban contar con la venia del exmandatario. Ya nos podremos imaginar el lugar de donde saldrá el beneplácito.

Difícil situación en la que se encuentra el Centro Democrático, porque ahora no solo deberá poner la cara por los cuestionamientos que tiene por la ñeñepolítica, sino además porque no tiene ninguna presentación que las decisiones que se deben tomar sean dirigidas desde un lugar de reclusión que, así esté bajo la figura de prisión domiciliaria, tiene la connotación de cárcel.

@sevillanoscar