Publicidad

Despacito

Piedad Bonnett
18 de abril de 2021 - 03:00 a. m.

Ya mucha gente ha dicho que la visita de los hijos de Uribe al presidente Duque “para hablar de la reforma tributaria”, como aceptó el ministro Daniel Palacios, es del todo improcedente. Un exabrupto, en realidad. Para endulzar la píldora, los hermanos adujeron que era una visita de amigos —de las que parece ya ha habido cuatro—, lo cual quedó desmentido cuando el Noticentro 1 CM& reveló que a ella también asistieron el mismo ministro Palacios y María Paula Correa, jefe de Gabinete. Como si se refirieran a un estadista, o al menos a un experto, los periodistas anotaron: “Tomás Uribe plantea como prioritario y urgente reducir los costos de funcionamiento del Estado en los próximos cinco años”. ¡Háganme el favor! Y luego, con ese tonito de chisme gracioso que emplean a veces los medios queriendo hacer cómplice al público, la nota añade: “Tomás se declara plenamente dedicado a su actividad empresarial, pero es evidente que cuando habla mucha gente está pendiente de lo que dice”. Sí, cómo no. De este modo, pasito a pasito, suave suavecito, van inflando a un delfín cuyo único mérito político es ser hijo de Álvaro Uribe. Así como en su momento inflaron a Andrés Pastrana, al lustrabotas Luis Eduardo Díaz o a tantos otros que no salieron con nada.

Tomás no es ni siquiera un outsider: una persona que no tiene experiencia en política o en administrar lo público pero que asciende por su carisma y como una manera de protestar contra la clase política mediocre y corrupta. Todo lo contrario: es un aparecido en política con infinitos menos méritos que muchos políticos. Apenas el posible alfil de un partido cada vez más anacrónico y desesperado por perpetuarse en el poder, al que le resultó fallido el que dijo Uribe.

Es verdad que la clase política de este país y del mundo entero está conformada en su mayoría por personas que no sólo no saben pensar en grande sino que están ahí para hacer chanchullos, tener poder y privilegios, y que, como dice Rutger Bregman, han convertido la política en mera gestión de problemas. Sin embargo, aquí, como en todas partes, hay un puñado de ellos que son honestos y que tienen, como mínimo mérito, haber dado muchas batallas desde sus cargos públicos, acumulando experiencia. Por eso me parece injusto que, refiriéndose a los posibles candidatos a la Presidencia, Felipe Zuleta descalifique la Coalición de la Esperanza y afirme en su columna que quienes la conforman “llevan muchos años en la política y no se han destacado por nada realmente importante para solucionar los graves problemas del país”. No creo que pueda decir eso, ni de lejos, de personas como Humberto de la Calle, o Jorge Robledo, o Ángela María Robledo o Angélica Lozano, todos aguerridos, coherentes y luchadores. Ni de tantos otros dentro de esa coalición, jóvenes y viejos, que han ocupado cargos públicos con solvencia, trabajado disciplinadamente y adelantado importantes proyectos. Yendo más lejos: a políticos por los que yo jamás votaría, como Petro o Vargas Lleras, hay que reconocerles experiencia, trayectoria de años y toda clase de luchas, con triunfos y derrotas. Hasta Paloma Valencia, que está en cola, tendría más derecho que el delfín de marras. Pero ahí van inflándolo, con ayuda de ciertos periodistas, despacito.

Temas recomendados:

 

clara(05400)19 de abril de 2021 - 02:40 a. m.
Excelente columna. Solapadamente, con toda clase de artimañas y sin la menor vergüenza, van a meter a este tipo. Eso confirmaría que seguimos siendo una república bananera. Da tristeza, pero así es. Hay demasiada ignorancia y demasiada corrupción para que personas de la talla de Humberto de la Calle, Jorge Robledo, Ángela María Robledo o Angélica Lozano lleguen un día a ser elegidos.
Fernando(70558)19 de abril de 2021 - 01:31 a. m.
Piedad, sin Piedad para disparar dardos venenosos contra el Pacto Histórico y particularmente contra Petro. La Coalición Esperanza la respeto, pero señalar sus falencias no es irrespeto. Algunos de sus integrantes han dado duros debates en el congreso y participado en importantes procesos Nales que es muy distinto a proponer y discutir programas, por el contrario, le rehuyen.
Helena(32726)19 de abril de 2021 - 01:13 p. m.
Que tristeza que estos negociantes avivatos sean los grandes estadistas, parece que solo basta tener un determinado apellido para ser importante, horror
Pedro Juan Aristizábal Hoyos(86870)18 de abril de 2021 - 11:24 p. m.
Doctora Piedad Bonnet no creo que ser hijo de Uribe sea un gran honor estos jóvenes debieron heredar la hipocresía y la maldad de un padre machista y traqueto. Ha derrotar al uribismo en las urnas. Ernesto comentarista no veo que Uribe tuviera una extraordinaria gestión como president, es un vivo que engañó al país con mentiras y ahora se destapa la mediocridad de su gobierno.
Walter(32014)18 de abril de 2021 - 10:23 p. m.
Derrotar al uribismo en el 2022 pero sin gatopardismo, significa recuperar la institucionalidad.
Ver más comentarios
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar