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Diego Chará

Iván Mejía Álvarez
23 de noviembre de 2010 - 02:04 a. m.

Diego Chará no es un novato. Ya lleva cinco temporadas en primera división, pero sólo hasta ahora se le asigna un rol protagónico inmenso en el fútbol del Tolima y en el que le puede aportar a la selección.

Chará es el clásico ejemplo del volante central que marca diferencias. Se posiciona correctamente, tiene oficio para moverse en la primera línea, sabe quitar la pelota, conoce el secreto de atemperar el juego rival con la falta táctica y con el trabajo en sombra que ralentiza la acción. Y en el aspecto ofensivo es difícil encontrar en el concierto suramericano un volante que salga tan rápido, que juegue tan directo, que cambie de ritmo y arranque con pelota pegada al botín como lo hace Chará.

Hasta ahora todo son referencias positivas para un jugador que se está ganando un puesto en el corazón del hincha. Ahora, no todo es perfecto, y para su crecimiento técnico y su adaptación táctica es necesario que Chará aprenda algunas cosas básicas en un jugador de primera línea. Esos plus que pueden marcar la diferencia y hacerlo un gran futbolista. Por ahora es un buen jugador, buscando el concepto extra que lo suba de nivel.

Chará tiene que aprender a leer el juego. Ese detalle que marca la gran diferencia. Chará lo hace todo a la misma velocidad, quitar, tocar, correr y no conoce un detalle fundamental: la pausa. En el juego hay momentos para serenarse y tocar al costado, para leer la posición de sus compañeros y menguarle intensidad al ritmo. No todo se puede hacer a máxima velocidad y todo tampoco se puede hacer lentamente. La combinación de ritmos, saber interpretar las necesidades del partido es fundamental. Chará todo lo quiere hacer a cien por hora y ese que para muchos es una gran virtud puede ser también un error.

En el fútbol moderno y especialmente en los equipos de doble línea de cuatro, el volante central es el encargado de sacar el equipo del fondo. Chará lo hace en el Tolima y lo puede realizar en la selección, pero tiene que entender que su físico y velocidad también pueden tener una marcha atrás y aprender a manejar la pausa y el ritmo. Conocer la caja de cambios para tocar y sorprender, para picar y llegar. Para hacer goles cuando practique el tiro de media distancia porque muchas opciones que logra crear con su desdoblamiento se pierden por falta de pegada sobre la marcha.

Siga adelante Chará, va camino a ser un gran jugador.

 

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