Disculpas

J. William Pearl
20 de febrero de 2018 - 04:45 a. m.

Las FARC tienen derecho a hacer campaña política, al igual que las personas a protestar,  así es la democracia. En los últimos días las Farc no han sido bien recibidas por el público en general y los ciudadanos se preguntan cuál es la razón de abandonar la campaña política,  ¿acaso no se reintegraron para hacerla?  Un viejo dicho dice que es preferible pedir perdón que pedir permiso, pero en este caso  no aplica, ya que las Farc no han pedido perdón como corresponde.  Lo pidieron en Bojayá y en otros lugares pero tímidamente. Deben comprender que afectaron a casi todo el país de diferentes maneras y este exige  disculpas por las masacres,  los secuestros,  los retenes, las minas quiebra patas, las tomas guerrilleras, el  reclutamiento de menores  y  el desplazamiento forzado entre otros delitos, es decir todo  lo que hicieron y afectó el desarrollo de la sociedad colombiana. Si, luchaban por una causa, pero al hacerlo afectaban a la ciudadanía y ese es el punto que las personas resienten.

Es difícil pedir perdón cuando se cree que al actuar de esa manera se estaba haciendo el bien, pues asumían  que una lucha en contra del sistema político y económico  era lo que Colombia necesitaba para volver  más justo el sistema. La escena de Timochenko untado de unos huevos que le arrojaron opositores a las Farc,  dice mucho de lo malos que son para aceptar la  oposición  democrática. Deben  entender de una vez por todas que muchos ciudadanos están en contra de ellos por  lo que hicieron en el pasado, por lo que  proponen y prometen en la actualidad.  Así es la política.

Las personas deciden libremente si les  gustan   sus propuestas  o las rechazan. El paso del monte a la ciudad debe ser difícil, pero tienen que hacerlo si de verdad quieren ser parte de una sociedad democrática.

Si las Farc quieren hacer política, tienen que  pedir perdón de verdad por todos los actos cometidos, tanto a las personas como a la infraestructura. Otro aspecto, es la necesidad de cambiar la estrategia  de comunicaciones, conservar  la misma sigla no  ha sido  para nada afortunado,  pues la asociación de ideas es funesta. Si cambiaron la forma de lucha para llegar al poder, cambiar el nombre no debería ser complicado, ya que el desastroso recuerdo de maldad y muerte sigue presente.

Las Farc piensan que si piden perdón, estarían aceptando que los hechos violentos estuvieron mal. Si, estuvieron muy mal y en lugar de luchar por sus ideales dentro de las ciudades, se fueron con las armas a  los pueblos indefensos. Actuaron con muy poca inteligencia, pues la guerra debería haber tomado lugar en las ciudades  en donde se afectan más personas, no en el campo.  Por simple miedo optaron por el monte, no de otra manera se entiende como  pensaban tomarse el poder donde este no está. 

Si de verdad buscan ser aceptados en la vida política, tiene que dejar de pedir cosas al estado y empezar a dar, no solamente en términos económicos, es muy importante  decirle a Colombia; lo siento. Tienen que hacerlo de corazón. Pedir perdón  es difícil, pero tienen que hacerlo si de verdad quieren ser admitidos en la sociedad.

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