Las FARC tienen derecho a hacer campaña política, al igual que las personas a protestar, así es la democracia. En los últimos días las Farc no han sido bien recibidas por el público en general y los ciudadanos se preguntan cuál es la razón de abandonar la campaña política, ¿acaso no se reintegraron para hacerla? Un viejo dicho dice que es preferible pedir perdón que pedir permiso, pero en este caso no aplica, ya que las Farc no han pedido perdón como corresponde. Lo pidieron en Bojayá y en otros lugares pero tímidamente. Deben comprender que afectaron a casi todo el país de diferentes maneras y este exige disculpas por las masacres, los secuestros, los retenes, las minas quiebra patas, las tomas guerrilleras, el reclutamiento de menores y el desplazamiento forzado entre otros delitos, es decir todo lo que hicieron y afectó el desarrollo de la sociedad colombiana. Si, luchaban por una causa, pero al hacerlo afectaban a la ciudadanía y ese es el punto que las personas resienten.
Es difícil pedir perdón cuando se cree que al actuar de esa manera se estaba haciendo el bien, pues asumían que una lucha en contra del sistema político y económico era lo que Colombia necesitaba para volver más justo el sistema. La escena de Timochenko untado de unos huevos que le arrojaron opositores a las Farc, dice mucho de lo malos que son para aceptar la oposición democrática. Deben entender de una vez por todas que muchos ciudadanos están en contra de ellos por lo que hicieron en el pasado, por lo que proponen y prometen en la actualidad. Así es la política.
Las personas deciden libremente si les gustan sus propuestas o las rechazan. El paso del monte a la ciudad debe ser difícil, pero tienen que hacerlo si de verdad quieren ser parte de una sociedad democrática.
Si las Farc quieren hacer política, tienen que pedir perdón de verdad por todos los actos cometidos, tanto a las personas como a la infraestructura. Otro aspecto, es la necesidad de cambiar la estrategia de comunicaciones, conservar la misma sigla no ha sido para nada afortunado, pues la asociación de ideas es funesta. Si cambiaron la forma de lucha para llegar al poder, cambiar el nombre no debería ser complicado, ya que el desastroso recuerdo de maldad y muerte sigue presente.
Las Farc piensan que si piden perdón, estarían aceptando que los hechos violentos estuvieron mal. Si, estuvieron muy mal y en lugar de luchar por sus ideales dentro de las ciudades, se fueron con las armas a los pueblos indefensos. Actuaron con muy poca inteligencia, pues la guerra debería haber tomado lugar en las ciudades en donde se afectan más personas, no en el campo. Por simple miedo optaron por el monte, no de otra manera se entiende como pensaban tomarse el poder donde este no está.
Si de verdad buscan ser aceptados en la vida política, tiene que dejar de pedir cosas al estado y empezar a dar, no solamente en términos económicos, es muy importante decirle a Colombia; lo siento. Tienen que hacerlo de corazón. Pedir perdón es difícil, pero tienen que hacerlo si de verdad quieren ser admitidos en la sociedad.