¿Dónde está Roosevelt?

Juan Carlos Gómez
06 de abril de 2020 - 02:00 a. m.

Alguna vez le preguntaron a John Maynard Keynes -uno de los economistas más brillantes de la historia- si conocía algún precedente similar a la Gran Depresión; contestó: “…sí, la Edad Media y duró cuatrocientos años… Nos quedamos sin saber lo que él opinaría de la catástrofe económica que enfrentará el mundo por la pandemia.

Como lo recuerda Sylvia Nasar en su magnífica historia de la economía (La Gran Búsqueda, 2012), una de las frases más citadas de Keynes –“A largo plazo, todos estaremos muertos” suele ser malinterpretada como muestra de su indiferencia ante las consecuencias inflacionistas de los estímulos fiscales o monetarios a corto plazo. En realidad, Keynes se refería a que, ante las crisis económicas, los países tenían que decidirse entre objetivos deseables pero incompatibles. Soluciones radicales que requieren genio y liderazgo.

Infortunadamente -y, tal vez no por casualidad- la pandemia del Covid 19 sorprendió al mundo cortico de líderes. Salvo algunas excepciones como la señora Merkel, los habitantes del planeta vamos en barrena al mando de bisoños o populistas. Se necesitan gigantes de la historia. ¿Dónde están?

En marzo de 1933 en su discurso de posesión como presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt advirtió que para sacar al país de la postración necesitaría poderes que solo se le otorgan a un presidente en época de guerra; no fue necesario, gracias a su genio político y don de persuasión. Sus “charlas junto a la chimenea” trasmitidas a través de la radio le devolvieron la esperanza al pueblo norteamericano. El New Deal no fue una vana promesa electoral. Para muchos fue la segunda revolución americana.

No fue fácil. Los enormes logros de Roosevelt, impulsados por audaces cambios legislativos, empezaron a frustrarse en 1935. La Suprema Corte declaró inconstitucionales muchas leyes trascendentales de intervención económica, como las del salario mínimo y del límite a la jornada laboral. Solo el retiró o la muerte de los magistrados más ortodoxos le permitieron a Roosevelt, después de cinco años, conformar una Corte progresista. Así pudo Roosevelt, con vocación y destino, hacer realidad un modelo de Estado que le dio esperanza y bienestar a millones de personas.

¿Dónde está Roosevelt?

@jcgomez_j

 

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