¿Dónde están? ¿Qué hacen?

Aura Lucía Mera
12 de marzo de 2019 - 05:00 a. m.

En las elecciones pasadas llegaron al Congreso de la República varios vallecaucanos dispuestos “a fajárselas por Cali y el Valle”. Candidatos enérgicos, creativos, de diversas corrientes políticas, en esa particular edad en que ya no se es joven ni viejo todavía, y la pasión por el poder, el mando, el liderazgo, son los combustibles más poderosos del alfa, ya garañón.

Me pregunto, ahora que se da la largada a todos los lagartos que aspiran a cuotas de poder y agarrar algo del botín electoral, realmente qué han hecho por su departamento y dónde están. ¿Ya se olvidaron de sus promesas de campaña? ¿Ya se los tragó la marea de los perros que babean y laten sentados desde hace años en el Congreso? ¿Sus ideas desaparecieron como polilla al viento? ¿Sus pasiones y las luchas que iban a dar por su región se convirtieron en lo que el viento frío de la capital indiferente se llevó?

Porque la verdad monda y lironda es que no han hecho nada por defender los intereses de su región. La Gobernación del Valle, en cabeza de Dilian Francisca Toro y su equipo, ha logrado realizar una de las mejores gobernaciones de que tengamos historia en este departamento del Valle, siempre saqueado, arrasado por los barones de la droga, estigmatizado por el resto de Colombia. No voté por ella, pero desde su posesión le he seguido la pista y me le quito el sombrero.

Lo mismo con el alcalde Maurice Armitage, que sin tener necesidad alguna se empeñó en continuar la labor de Rodrigo Guerrero, quien logró sacar a Cali del lodazal en que estaba sumida y seguía chupándose la ciudad hacia un abismo sin fondo en una espiral descendente que duró más de 12 años. Armitage, así las otras ciudades colombianas lo ignoren —porque este es un país federal en el que nadie se entera ni le importa lo que pasa en otra ciudad—, ha logrado posicionar a Cali como una ciudad modelo a nivel internacional en materia de salud, educación, infraestructura y equidad.

Pues la gobernadora y el alcalde acaban de demostrarle al presidente Duque que todo lo que se ha logrado en el departamento y la capital se ha hecho con dineros y esfuerzos locales y que la mayoría de nuestros impuestos se van para otras partes.

Como dice Kiko Becerra, se desenmascararon las mentiras del Gobierno central. No hay partida para terminar la calzada Buga-Buenaventura… llevamos 20 años. Canallada. Los problemas de Buenaventura. La salud en la región. El mismo centro de convenciones, que resultó ser un elefante blanco y lo maneja Cartagena. El Valle y Cali están solos. Sin dinero ni ayudas nacionales. No van a soltarle plata. Duque miente. Y los supuestos aguerridos congresistas que iban a luchar por su región dónde están… Tal vez esperando la mermelada de las próximas elecciones. Qué vergüenza. ¡Y lo peor es que a los vallecaucanos y caleños nos importa un carajo!

Posdata. Estupenda la bandera de la primera dama al enarbolarla para defender los derechos de los niños y apoyar de frente y con pasión al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, también botín de procesos electorales y administradores regionales que han hecho lo que se les ha dado la gana. ¡Felicitaciones!

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