¿Dónde quedan los estratos 3 y 4?

Tiene razón el presidente Iván Duque cuando dice que no se puede pensar en extender el aislamiento preventivo sin tener en cuenta las consecuencias que esto tendría en un país como el nuestro, que dista mucho de las condiciones en materia de desarrollo económico de China, por ejemplo.

También entiendo a la alcaldesa Claudia López en su preocupación por lo que pueda suceder a partir del 14 de abril. A fin de cuentas, Bogotá es la puerta grande por la que se comunica el país hacia el r esto del mundo y, en este sentido, pueden no solo aumentar los casos de contagio en la ciudad, sino que además se pueden extender a la mayor parte del país.

Si es verdad que se está pensando en ampliar el aislamiento preventivo obligatorio, es bueno que desde ya se empiecen a anunciar las medidas a implementar para alivianar la subsistencia de las personas que no solo viven en los estratos 1 y 2, sino además la de los colombianos de estratos 3 y 4, es decir, de la clase trabajadora que depende de su salario.

Muy buenas las medidas tomadas hasta el momento, pero el problema es que, en primer lugar, estas fueron pensadas para los 19 días de la primera cuarentena y no para el mediano plazo y, en segundo lugar, gran parte de estas van dirigidas a sectores vulnerables del país, y no tanto a los estratos 3 y 4 donde están la mayor parte de los trabajadores, junto con los pequeños y medianos empresarios.

Es muy cierto que el riesgo de contagio de coronavirus se puede disparar en el momento en que las actividades del país regresen a su normal funcionamiento y frente a eso hay que tomar medidas necesarias, que deben estar enfocadas en cómo evitar una pérdida masiva de empleos en la empresa privada, que por más de un mes no generaría los ingresos necesarios para sostener la nómina con que venía funcionando; en como aportar soluciones a las personas que viven en arriendo y que hoy deben escoger entre este o dar de comer a sus hijos. Lo mismo que en el arrendatario que requiere de los ingresos que le generan los inmuebles para su subsistencia. Además de lo anterior, también hay que dar solución a quienes se encontraban en proceso de contratación laboral en el momento en que se decretó la cuarentena y quedaron en el limbo, etc.

Por lo anterior, es de vital importancia que el Gobierno Nacional mantenga un diálogo constante no solo con alcaldes y gobernadores, sino además con los gremios económicos y también con los sindicatos, para que de manera conjunta piensen en cómo se puede generar políticas públicas que cuiden de la economía del país, teniendo en cuenta las condiciones propias de cada territorio de Colombia, para que las consecuencias de un nuevo aislamiento extendido a más de un mes, no desate una crisis de empleo que golpearía a las familias de estratos 1, 2, 3 y 4, en mayor proporción y así mismo las den a conocer, es decir, en forma grupal y coordinadamente.

Este trabajo de organizar y comunicar nuevas medidas concertadas con alcaldes y gobernadores, debe quedar en manos del presidente de la República con el acompañamiento del Ministerio del Interior, eso sí, de manera respetuosa, cuidando de cada frase que se va a decir, pero, sobre todo, olvidando y dejando a un lado el particular estilo con el que acostumbra a hablar la doctora Alicia Arango, recordando que ni estos son vacas en medio de un hato ganadero, ni ella es su capataz. En momentos como estos, el entendimiento y coordinación que debe existir entre el Gobierno Nacional con los departamentos y municipios es de vital importancia, por eso es necesario, señor presidente, recordarle a su ministra del Interior cuidar del tonito.

Solo si se logra un entendimiento con los alcaldes, gobernadores, gremios económicos y sindicatos, se pueden generar políticas públicas enfocadas en cuidar de la economía en el caso de una cuarentena extendida en un mayor número de días, que cuide del empleo y que proteja, no solo a los sectores vulnerables del país, sino además a las personas que viven en estrato 3 y 4.

@sevillanojarami