Dos cartas de los lectores

Cartas de los lectores
21 de junio de 2018 - 04:30 a. m.

De lo intelectual a los antivalores

Lo acontecido en la Universidad del Magdalena, donde unos estudiantes con enormes competencias y habilidades, bien preparados académicamente y excelentes alumnos “Pilos”, suplantaron a unos aspirantes a Medicina en el examen de admisión, nos lleva a preguntar: ¿dónde quedaron sus capacidades intelectuales, a sabiendas de que el acto que iban a realizar es un fraude, lo cual desacredita la imagen, moral y valor del ser humano?

Comenzamos a tener valores cuando somos niños. Aprendemos a tener aprecio por las cosas que satisfacen nuestras necesidades básicas, pero valoramos especialmente a las personas que nos las proporcionan. Su comportamiento hacia nosotros se vuelve la principal referencia de lo que es valioso.

Por esta razón, nuestro carácter y personalidad se moldea con las actitudes y comportamientos de las personas que nos rodean, bien sea los padres u otros familiares. Sus conductas tienen el principal peso de lo que después se convierte en nuestros principios éticos y morales, los cuales se fortalecen en las instituciones educativas. Así que la consistencia y la coherencia en el comportamiento de nuestros padres es lo que le da solidez a nuestra formación en valores. Si ellos hacen lo que dicen, nuestra personalidad será más fuerte que cuando ellos no practican lo que pregonan. ¿Dónde quedó el respeto, la responsabilidad, la honestidad y el amor al prójimo, la equidad, etc., de estos alumnos que decidieron suplantar a los propios aspirantes, y que las presiones sociales y presiones de valores diferentes a los de ellos los llevaron a cometer este fraude por unos cuantos pesos?

Es que, en nuestro país, no se está formando en valores sociales, parece que todo gira en torno a conseguir el dinero fácil, a costa de lo que sea. Estos alumnos fueron aprovechados y manipulados por la parte económica que les daban. Por eso, a diario en nuestro país se descubren ollas podridas de corrupción, fraude, chanchullos, etc.

Anuar Cortázar Cáez.

Colombianos en Rusia

¿Qué más se puede esperar de los ciudadanos de un país que ha vivido siempre el odio, la intolerancia, la violencia, la amenaza, el “le doy en la cara, marica”? ¿Un país que vive obsesionado con el dinero del crimen; un país donde los jóvenes no quieren estudiar, sino traquetiar; un país en donde los jóvenes más inteligentes y que ingresan a la universidad solo piensan en aprovechar esta oportunidad para crear empresas criminales; un país que admira al que promete insultos, odio y bala? ¿Un país donde algunos confunden el ingenio con la trampa? ¿Qué más podemos esperar cuando estos colombianísimos van a Rusia o a cualquier otro país europeo?

M. Cristina Quiroga

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