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Opinión

Dumbo presidente

Columnista invitado
18 de marzo de 2021 - 08:16 p. m.

Por Áxel Germán Navas Navas

En días recientes se conoció una noticia que seguramente a no pocos puso tristes, pues les derrumbó la imagen que tenían de algunos de sus ídolos de la infancia. Se trata de que unos sabios del comportamiento humano descubrieron que tras la apariencia bonachona, gentil y simpática de aquellos, se esconden seres crueles y perversos que inducen a la humanidad, especialmente a los niños, al mal. Es así como Dumbo; ese elefantico simpático y cariñoso que volaba gracias a la energía de sus orejas, por lo que no contaminaba, que era piloteado por el ratón Timoteo y que si acaso algo malo podía hacer sería sufrir de un mal de estómago en pleno vuelo; fue retirado de los escenarios por transmitir un mensaje con antivalores, como si en lugar de un paquidermo fuera una conejita. Censura semejante se aplicó a la Dama y al Vagabundo, quienes lo más erótico que hacen durante su película es chuparse (no entre ellos) simultáneamente un mismo espagueti; tal vez porque dicha conducta incita a actos antihigiénicos inaceptables en esta época de pandemia. E igual suerte corrió Peter Pan quien, literalmente, luchó a brazo partido contra el Capitán Garfio; seguramente porque se aprovechó de una persona minusválida. De milagro parece que otros están pasando de agache y aún no han sido vetados, como es el caso de Pinocho quien sigue adelante con su pujante empresa de encuestas y asesoría a políticos. No obstante y a pesar de la banal que pueda resultar este asunto, lo paradójico es que la referida noticia se produjo el mismo día (10/03/21) en que un alto funcionario público de nuestro país dijo, respecto de un bombardeo en el que murieron menores de edad, que éstos eran “máquinas de guerra”.

Cabe aquí entonces preguntarles a esos genios que estudian al más bárbaro de los seres vivos y que supuestamente buscan evitar que cada vez se vuelva más troglodita, si un paquidermo diarreico conducido por un roedor, dos canes triple XXX indigestados con pasta y un niño matón, que no son más que muñecos y que hasta el más iluso sabe que son eso, son más peligrosos que el mensaje de un servidor público que encarna la majestad del Estado.

Es en este punto entonces donde tenemos que reflexionar si con decisiones absolutamente superfluas, basadas en estudios que en nada aportan para la sana convivencia, o con debates mundiales sobre temas tan nimios y absolutamente irrelevantes como el relativo al color del nieto de la reina Isabel II, realmente se está generando una conciencia colectiva dirigida hacia el bienestar, que en momentos críticos sea capaz de paralizar la lengua de quienes representan a la sociedad, para que si no hablan con sabiduría, por lo menos lo hagan con prudencia.

Por eso, como elegantemente dicen Les Luthiers, muchos de nuestros servidores públicos están “razonando fuera del recipiente”.

 

HF(32718)18 de marzo de 2021 - 10:55 p. m.
Excelente. Inteligente forma de mostrar la ineptitud del ministrico Molano.
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