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Duque, nuestro Maduro naciente

Cecilia Orozco Tascón
07 de octubre de 2020 - 03:00 a. m.

La actitud de Iván Duque frente a las otras ramas del poder es arrogante, irrespetuosa y absolutamente impropia si nos atenemos al texto de la Constitución bajo cuyo imperio deberíamos estar todos, empezando por la persona elegida para la Presidencia de la República. Sin embargo, todavía esperamos que su juramento de acatamiento a la Carta Política no haya sido solo un gesto protocolario del día de su posesión sino un compromiso de demócrata, aunque va despintando esa fachada para merecer el aplauso de los extremistas de su corriente que no lo aprecian pero lo desangran a cambio de darle apoyo. Cuando uno escucha al mandatario, no se sabe si él ignora la teoría del Estado o si emprendió, a conciencia, el camino de la autocracia porque actúa como si se le hubiera coronado y, en cuanto rey, pudiera ignorar al Congreso si le estorba, y tratar a la Rama Judicial como lacaya.

El viernes pasado, Duque metió baza en un asunto de competencia judicial del que apenas se conoce el enunciado: la autoría de las Farc en el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, aceptada por los jefes de la antigua guerrilla ante la JEP. Los otros cinco homicidios que confesaron las Farc no merecieron la atención del presidente, no obstante que los asesinados eran colombianos y que al menos dos de ellos sirvieron bien a esta nación, uno como general del Ejército y ministro de Defensa, y el otro como intelectual y gestor de procesos de paz. En fin, refiriéndose a la posibilidad de que la guerrilla fuera culpable de ese magnicidio, lo que probaría que carecía de todo soporte la teoría de la que ha sido vocera su universidad, Duque expresó con voz exaltada: “Yo lo único que quiero es que ese crimen horrendo sea esclarecido... y que si alguien se lo atribuye yyy nooo corresponde a la verdad, también se entienda que se está cometiendo un delito...”. Sus frases, en apariencia correctas, fueron adobadas con el tono de quien sabe que será obedecido: “... que no desestimen (los jueces) ... las afirmaciones que ha hecho la familia de Álvaro Gómez sobre lo que ellos (sic) reclaman... que la justicia especial (la JEP, cuya existencia ha combatido desde su asunción de la Presidencia) oiga los testimonios que tenga que oír, pero que la justicia que viene haciendo las investigaciones (la Fiscalía, en la que instaló a su compañero de pupitre, Francisco Barbosa) no las deje de hacer”. Duque ya le había impartido una instrucción puntual a su amigo el día de la posesión de este, en febrero pasado: “Quiero pedirle una tarea especial: ... que durante su fiscalía podamos llegar a los verdaderos autores intelectuales y materiales del crimen (asesinato de Gómez Hurtado)”.

Como usted ordene, señor presidente, acató el tonto: la Fiscalía ya anunció que planteará un conflicto de competencias frente a la JEP ante la cual confesaron los exguerrilleros el delito, tal cual había sido pactado en el Acuerdo de Paz que no vale nada en este gobierno. De tal modo, Duque, Barbosa y los Gómez no permiten que se llegue a una conclusión sobre la identidad de los asesinos diferente a la que ellos decidieron a punta de conjeturas y odio hace 25 años, sea esa y no otra.

Para el sistema democrático y su separación de poderes, los familiares de Álvaro Gómez no constituyen un problema: los parientes de las víctimas también son víctimas y tienen licencia para pensar lo que les parezca, cuenten o no con la razón. Pero tener de su lado al presidente de la República y al fiscal general sí provoca un conflicto de honda repercusión. Por contera, el proceso Gómez Hurtado no es el único que crea un dilema legal y constitucional. El país entero da por hecho hoy que el caso Uribe Vélez “murió”, es decir, que nunca llegará a fallo ajustado a las pruebas, porque quedó en manos de la Fiscalía de Barbosa y del mandato de Duque. Este, además, retó a la justicia cuando la Corte Suprema ordenó la detención de su patrocinador. En alocución especial, con bandera de Colombia tras él, aseguró después de rendirle homenaje: “Duele que a quien ha ocupado la más alta dignidad del Estado no se le permita defenderse en libertad con la presunción de inocencia... espero que existan plenas garantías para que un ser humano íntegro ejerza a plenitud su defensa en libertad”. Hace unos días, el presidente desacató junto a su ministro de Defensa otra decisión de la Corte sobre los derechos de los manifestantes e incumplió el fallo dando por válidos los votos de los togados minoritarios, contra toda normatividad y lógica. Y antes había eludido un debate en el Congreso sobre el tránsito de tropas extranjeras, inventándose una extraña y casi cómica figura en que la Constitución se sustituyó con una carta de 60 senadores. En el mundo de Duque, su gobierno, su jefe Uribe, el del uribismo y sus aliados no caben la justicia independiente, la deliberación en el Capitolio, la libertad de opinión, tampoco la de información. Duque, nuestro Maduro naciente.

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Miguel(11448)10 de octubre de 2020 - 11:30 a. m.
por ahora lo único que Colombia requiere es que Ud Cecilia,Daniel Coronel,Danieles Samper,Yohir Akerman,Ramiro Bejarano y otros pocos entiendan que son los bravos de Paez de hoy, y que están dando la batalla final-pantano de Vargas-para que triunfe la verdad,la justicia y podamos vivir en paz sin criminales burlándose del resto de Colombianos.... no se canse...ni un paso atrás...siempre adelante
  • Hernando(07744)12 de octubre de 2020 - 08:46 a. m.
    Criminales hay de parte y parte criminales hay en lo paramilitares en la guerrilla y en el estado y sobre toso un estado impotente para combatirlo
Tayrona(31467)08 de octubre de 2020 - 08:55 p. m.
Gracias Cecilia por su cruzada paciente y valerosa de tratar de abrirle los cerebros a tantos indolentes insensatos que todavía no los han inaugurado.
Tayrona(31467)08 de octubre de 2020 - 08:47 p. m.
El madurito colombiano rechonchito y de papada, está cada vez mas parecido a su contraparte el madurote venezolano grandulón y paquidermico. Ambos son tan similares en sus actuaciones, que aquí solo falta crear un pelmazo como el tal Guaidó. Así completamos la analogía de estas dos republiquetas bananeras y estos dos tiranuelos que en sus opuestos se encuentran y se identifican. Que desgracia!.
Juan(25047)08 de octubre de 2020 - 01:03 a. m.
Amigo, amiga, cometió un crimen? Venga a la JEP, donde gustosamente le ayudaremos a solucionar su problema. Contamos con criminales de confianza que se culparan por usted, liberandolo de toda sospecha. Trabajo garantizado. Venga a nuestro lavadero, digo, a nuestras oficinas. Horario extendido. Parqueadero privado. Se reciben dólares y todas las tarjetas de crédito.
  • Hernando(07744)12 de octubre de 2020 - 08:48 a. m.
    Yo diria imbecil que no conoces la justicia universal
  • Tayrona(31467)08 de octubre de 2020 - 08:50 p. m.
    Bueno,antes estos retrógrados como este sujeto Juan jodían porque se dijera la verdad; ahora se dice y entonces ya no les gusta porque solo quieren la verdad contada com a estos les conviene. Como joden y joden; qué es lo que quieren mamones?.
  • Juan(25047)08 de octubre de 2020 - 01:06 a. m.
    Las lloronas izquierdistas estan desesperadas. Estan dando patadas de ahogado. Ya saben que con Uribe detenido o libre, igual seguiremos eligiendo presidentes demócratas. En el 2022 toda Colombia unida votara en contra del candidato socialista, sea quien sea. No seremos otra Venezuela. Mientras tanto, los obtusos socialistas podran seguir masticando su amargura, su odio, su envidia y resentimiento
Alberto(3788)07 de octubre de 2020 - 11:26 p. m.
Magnífica, veraces todos los puntos que aborda. Eso sí, se quedará esperando que este individuo cumpla su juramento. Es probable que sean un poco menos burdos que el tirano vecino, pero duda no queda: Duque = Maduro.
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