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Editorial excesivamente neutro

Cartas de los lectores
28 de diciembre de 2010 - 02:53 a. m.

Resulta ponderado en buena parte el editorial del viernes 24 de diciembre.

Sobre todo cuando en una época culturalmente dedicada a profundizar la convivencia, los colombianos solemos, al contrario, aumentar nuestro nivel de irrespeto de unos y otros, mucho más destacable entre las llamadas “altas esferas” sociales.

Convendría glosar, sin embargo, el aparte final del editorial que reza: “... lo que estas discusiones enseñan es que nos falta mucho para tener un debate público inteligente y respetuoso. Contrario a lo que varios han sugerido, no es interesante un intercambio de insultos...”. En primer lugar, porque coloca en el mismo nivel al agresor que al agredido, pues como se sabe, la andanada de insultos de la familia Uribe provino, como el propio editorial lo precisa, de una columna de opinión de un respetable periodista. En segundo lugar, porque el papel del periodista ha sido característicamente inteligente y respetuoso, sobre todo por objetivo y documentado, virtudes de las que carece recurrentemente la familia Uribe. Y, finalmente, porque no se aprecia aquí que haya habido algún “intercambio de insultos” porque los ciudadanos hemos visto estos días, como en los anteriores, un intercambio de frases en el que los insultos tienen nombre propio en el grupo Uribe y la defensa legítima y respetuosa también tiene otro nombre propio: Daniel Coronell.

 Bernardo Congote. Bogotá.

Como culebrón mexicano

A falta de pruebas contundentes con las cuales lograr inculpar al ex presidente Álvaro Uribe como responsable de las chuzadas, han tenido que poner a declarar a las de los tintos, los choferes y ya casi a los celadores de la Corte Suprema de Justicia. Parece que el personal de servicios generales y conducción tiene tanto acceso a información privilegiada como el más alto magistrado y hoy sus testimonios son la clave del proceso: que “fulano dijo cuando íbamos en el carro”, que “desde la cocina escuché que dijeron”, que “cuando les llevé los tintos puse los micrófonos debajo de la mesa”. La investigación por las supuestas interceptaciones más parece un culebrón mexicano o una novela de Corín Tellado. ¡Ojalá dejen descansar al ex presidente y se busquen un nuevo chivo expiatorio para entretenerse en 2011!

  Alejandro Osorio. Bogotá.

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