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Don José Salgar Escobar (1921 - 2013)

Don José Salgar ya nos parecía que sería inmortal.

El Espectador
22 de julio de 2013 - 11:57 p. m.

 Generaciones de periodistas hemos pasado por la redacción de este diario y El Mono siempre estuvo ahí para proponernos reflexiones sobre la profesión. Reflexiones éticas, basadas en su amplia experiencia desde la esencia de lo que ha sido y sigue siendo este periódico, pero además retos sobre la evolución del periodismo a la par de los avances tecnológicos. Incluso en los últimos años y a su avanzada edad, don José Salgar siempre estuvo a la vanguardia de la profesión. Por eso ya creíamos que iba a estar por siempre con nosotros para plantearnos la siguiente necesaria evolución.

Igual lo estará, porque su legado es profuso y está pegado al alma de este periódico y su manera de concebir el periodismo. La admiración es enorme por el gran maestro de los reporteros que de su mano nacieron, crecieron y volaron en esta redacción durante más de 70 años, incluido “uno muy particular”, como dijo don José en una de sus últimas entrevistas: Gabriel García Márquez. La memorable anécdota que nuestro Nobel ha contado una y otra vez, y que incluyó en sus memorias, sobre la batalla del jefe de redacción con el joven escritor-periodista para que “le torciera el cuello al cisne” dice mucho de lo que era su concepción del periodismo: ante un escritor prodigioso como García Márquez, Salgar entendía que, si estaba haciendo periodismo, tenía que primar el dato sobre la forma, la precisión sobre la fantasía, la realidad sobre la magia. La literatura era otra cosa.

Así, lápiz rojo en la mano, o en la oreja, José Salgar recorría los textos corrigiendo sin cesar en un proceso de enseñanza que convirtió desde entonces esta redacción en una escuela práctica de periodismo. Bajo su liderazgo florecieron generaciones de periodistas que llegaron a la excelencia. Comenzando, cómo no, con aquella famosa redacción de mediados del siglo pasado, de corte más intelectual y en todos los casos rebelde, llena de talentos brillantes que Salgar supo conducir como equipo para producir el que Eduardo Zalamea Borda se atrevió a catalogar como “el mejor periódico del mundo” ante la BBC de Londres. Un grupo de periodistas que, además, dio una histórica batalla por las libertades durante la dictadura, a la que al final venció.

Desde ese entonces, José Salgar fue mano derecha de los diferentes directores de El Espectador : de Luis y Gabriel Cano Villegas en esas épocas difíciles de la violencia política y la dictadura, luego de don Guillermo Cano Isaza, con quien compartió y a quien apoyó en las batallas más valientes por la dignidad, la honra, los derechos humanos y la pulcritud en el manejo de recursos ajenos. Asesinado Guillermo Cano por el narcotráfico y definido El Espectador como objetivo de los carteles de la droga, don José Salgar fue columna vertebral de la supervivencia de este periódico, apoyando hombro a hombro como codirector la labor de Juan Guillermo y Fernando Cano Busquets. Salidos ellos al exilio forzado en 1989, Salgar soportó la bomba que destruyó las instalaciones de este diario y fue él quien en medio de los escombros lideró la publicación de ese periódico de 16 páginas en blanco y negro que al día siguiente gritó “Seguimos adelante”.

Y sí, aquí seguimos y sentimos su compañía y su guía hasta los últimos días. Director durante el breve período de transición en el cambio de propiedad, don José entró al retiro pero nunca abandonó la redacción, que visitaba con frecuencia, siempre para hablar de periodismo y advertir sobre la siguiente evolución que se venía en la profesión. Gracias, don José, por todo eso y por tantas cosas que no se alcanzan a decir en este reducido espacio sobre una vida entregada al periodismo y muy en particular a El Espectador. Aquí tendremos una deuda de gratitud con su legado por y para siempre.

Por El Espectador

 

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