Intervención en la frontera colombiana

El Espectador
16 de abril de 2019 - 05:30 a. m.
Más allá de Trump, no obstante, es claro que Colombia y Estados Unidos están aliados en presionar al régimen de Nicolás Maduro. / Foto: AFP
Más allá de Trump, no obstante, es claro que Colombia y Estados Unidos están aliados en presionar al régimen de Nicolás Maduro. / Foto: AFP

La visita de Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, a Cúcuta llegó con mensajes de calma después de las desastrosas declaraciones del presidente de su país, Donald Trump. Aunque son gestos bien recibidos, la realidad es que nada puede borrar el hecho de que el mandatario estadounidense nos ve con un calculado desdén para enfurecer a su base electoral y obtener victorias. Es una lástima que, en ese proceso, la colaboración para presionar la caída del régimen venezolano se esté viendo afectada.

Pompeo buscó limar asperezas con el presidente colombiano, Iván Duque. En su rueda de prensa conjunta, el secretario de Estado dijo que Estados Unidos entiende que la guerra contra las drogas es un desastre “heredado”, que “Estados Unidos hará su parte para reducir la demanda de drogas ilegales” y felicitó al presidente Duque por su “compromiso con Venezuela y su cooperación en temas regionales como la lucha contra los narcóticos y la seguridad”.

Se trata de reconocimientos apenas lógicos, aunque el problema de la coca vaya mucho más allá de una simple “herencia” —pues es el resultado de una guerra contra las drogas fallida que está en urgente necesidad de ser reformada—. Lo preocupante es cuánto va a durar el presidente Trump sin volver a decir que los colombianos estamos enviando a las peores personas a su país. Ese es el problema de tener que normalizar, a través de la diplomacia, a un mandatario que llegó a la Presidencia gracias a mensajes xenófobos, racistas y misóginos.

Más allá de Trump, no obstante, es claro que Colombia y Estados Unidos están aliados en presionar al régimen de Nicolás Maduro para que la democracia sea restablecida en Venezuela. En ese sentido, la visita de Pompeo forma parte de la más reciente ofensiva diplomática que incluyó el reconocimiento en la OEA de Gustavo Tarre, enviado del presidente interino Juan Guaidó.

La presencia del secretario de Estado en la frontera envía un mensaje claro de que la presión seguirá siendo firme. La pregunta de fondo es: ¿será suficiente? ¿Algún día podrá entrar la ayuda humanitaria? ¿Se está afianzando más el régimen Maduro, pese al cerco diplomático? ¿Cómo mantener el moméntum que se había alcanzado al principio del año?

Aprovechando el encuentro en Cúcuta, el presidente Duque anunció un plan de impacto con $712.000 millones para los departamentos de frontera. Son 50 medidas que serán supervisadas por la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, que buscan paliar un poco la crisis ocasionada por la desbordada migración de venezolanos.

Celebramos esta decisión. Como hemos dicho en varias oportunidades, Cúcuta en particular, pero también los demás espacios fronterizos, vienen sufriendo de largas crisis económicas que necesitan intervenciones de alto impacto. ¿Cómo vamos a rehabilitar estas economías para ser sostenibles, más allá de esta coyuntura puntual de la migración venezolana?

La frontera reclama esfuerzos contundentes. No podemos dejarla olvidada.

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