La absolución de Óscar Iván Zuluaga

El Espectador
26 de octubre de 2017 - 02:00 a. m.
Queda el amargo sabor de que el CNE no fue capaz de explicarle al país exactamente qué pasó, incumpliendo su deber y demostrando su inoperancia. / El Espectador
Queda el amargo sabor de que el CNE no fue capaz de explicarle al país exactamente qué pasó, incumpliendo su deber y demostrando su inoperancia. / El Espectador

El Consejo Nacional Electoral (CNE) archivó la investigación en contra de Óscar Iván Zuluaga por presuntamente haber recibido financiación ilegal en su campaña a la Presidencia de 2014 por parte de la multinacional Odebrecht. Eso significa que el político puede retomar con total legitimidad su participación en las próximas contiendas electorales y que su nombre ha quedado libre de cuestionamientos legales. Queda, no obstante, el amargo sabor de que el CNE no fue capaz de explicarle al país exactamente qué pasó, incumpliendo su deber y demostrando su inoperancia.

En la decisión del CNE, adoptada por seis votos a favor y dos en contra, se dice que “el señalamiento de una responsabilidad debe provenir de la certeza del hecho y su nexo causal con el sujeto. No puede provenir de supuestos o deducciones que no acarrean sino a la violación al debido proceso y conculcan la presunción de incidencia, razones que conducen a esta corporación a no acoger las conclusiones planteadas por el agente del Ministerio Público en su concepto”. En otras palabras, el tribunal encontró que no hay manera de probar el conocimiento por parte de Zuluaga de los dineros que Odebrecht presuntamente pagó para apoyarlo en su campaña a la Presidencia.

Al respecto, el excandidato explicó en Blu Radio que “yo le pagué un millón y medio de dólares (al estratega político Duda Mendonça), y están los contratos que los hice públicos. Y pagamos los impuestos que fueron $490 millones. Eso fue lo que mi campaña y yo contratamos”. En efecto, hay que decirlo: no hay motivos, después de la decisión del CNE, para dudar de esa versión de Zuluaga.

Dicho lo anterior, es importante mencionar los sinsabores que quedaron sobre la mesa. Al conocer la decisión, el fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, dijo que “la fiscal del caso notificó en su momento al Consejo Nacional Electoral que la Fiscalía tenía evidencia de que Odebrecht habría asumido costos de la campaña del doctor Óscar Iván Zuluaga”. ¿Qué ocurrió con esas pruebas? ¿Por qué no se evaluaron? ¿Qué implicaciones tiene esta determinación sobre el futuro de la financiación de campañas?

Porque no se trata únicamente de la Fiscalía. La Procuraduría expuso ante el CNE que existe el suficiente material probatorio para establecer que Odebrecht sí realizó pagos “a favor del señor José Eduardo Cavalcanti de Mendoca, como retribución o pago de una parte de la asesoría en temas publicitarios y de marketing político publicitario a favor de la campaña a la presidencia del doctor Óscar Iván Zuluaga, para el período constitucional 2014-2018”.

Aunque Zuluaga y su campaña no supieran de ese “favor” que le estaba haciendo Odebrecht, ¿no debería haber responsabilidad por los dineros consignados que claramente beneficiaron su aspiración? ¿Entonces de ahora en adelante si las multinacionales asumen gastos sin notificar a las campañas eso no sería una violación de la Ley Electoral? Y, por supuesto, la pregunta de fondo: ¿por qué Odebrecht estuvo dispuesto a asumir esos costos?

Todo eso se hubiese podido responder si el CNE tuviese capacidad de realizar investigaciones serias, pero con esta decisión se da por cerrado el tema de manera prematura. Queda el manto de la duda sobre las elecciones de 2014 y las autoridades se quedaron sin dar respuestas convincentes.

 

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