La fotografía de un asunto mayor

No deja de ser preocupante que, en un momento tan importante, precisamente Guaidó, un presidente, se haya encontrado con miembros de un grupo criminal como los Rastrojos. / Foto: Twitter

La revelación de unas fotografías en las que se ve al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, abrazado con dos miembros del grupo criminal los Rastrojos no son un asunto menor. Si bien las explicaciones que se han dado son razonables, son varias las dudas que quedan en el aire, y no se trata de un tema que deba descartarse con facilidad, como han pretendido varios líderes políticos. Tampoco es la comprobación de una “alianza narcoparamilitar”, como también han pretendido varios líderes políticos de diferente bando.

El mismo día que en Colombia se celebraba un concierto con el objetivo de llevar apoyo a los venezolanos, además de presionar al régimen de Nicolás Maduro, el presidente reconocido por la diplomacia colombiana como legítimo de ese país, Juan Guaidó, cruzó la frontera. Los datos de cómo lo logró no se conocen con exactitud, pero el mismo político ha dicho que contó con apoyo de muchas personas, incluyendo miembros de la Policía y el Ejército de Colombia. En ese contexto fue que se tomaron las fotografías.

En las dos imágenes divulgadas se puede ver al presidente interino posando con Albeiro Lobo Quintero, alias Brother, y Jhon Jairo Durán Contreras, alias Menor. Ambos son miembros de los Rastrojos, un grupo armado ilegal que viene aterrorizando la frontera y tiene nexos con el paramilitarismo y el narcotráfico.

Según Guaidó, en entrevista con Blu Radio, ese día “pasamos por trochas y nos tomamos fotos con mucha gente. Cruzamos con riesgo, incluso frente a colectivos que son amparados por Maduro”. Desmintió que los Rastrojos hayan tenido que ver con su proceso de cruce de la frontera y acusó al régimen de Maduro de intentar crear una cortina de humo para deslegitimarlo y perpetuarse en el poder.

Su justificación es razonable. Más allá de la fotografía, no hay otra prueba que lleve a pensar que ocurrió algo perverso. El rechazo público a este grupo es también bienvenido.

Dicho eso, no deja de ser preocupante que, en un momento tan importante, precisamente Guaidó, un presidente, se haya encontrado con miembros de los Rastrojos. ¿Tal es el control de este grupo en la frontera que sus líderes se sienten cómodos mostrándose en un momento de tanta atención nacional e internacional? ¿Qué dice eso de la presencia de las autoridades en la zona? Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar en Norte de Santander, contó que habitantes de la frontera denunciaron que los Rastrojos los obligaron a encerrase en sus casas hasta que el jefe del Parlamento venezolano fuese recogido por funcionarios de la Alcaldía de Cúcuta. Esta versión ha sido rechazada, pero no puede olvidarse que Norte de Santander está en crisis por la presencia de múltiples grupos armados ilegales ligados al narcotráfico. Ese es el verdadero problema que pone de presente la divulgación de las fotografías.

Y que solamente se agrava con el hecho de que todas las fuentes de inteligencia colombianas indiquen que Nicolás Maduro está siendo instrumental en la protección y el rearme de Iván Márquez y otros desertores del proceso de paz.

¿Qué vamos a hacer con la frontera cada vez más caliente entre Colombia y Venezuela? Una pregunta cuya respuesta está muy lejos del aprovechamiento político que de lado y lado se pretende hacer de los hechos.

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