La importancia de apostarle al ciclismo

El Espectador
12 de febrero de 2018 - 08:24 p. m.
/ Foto: Oro y Paz 2.1
/ Foto: Oro y Paz 2.1

Todo lo relacionado con la carrera Oro y Paz, que terminó el domingo pasado, fue emocionante. Ver a los colombianos volcados en las calles para apoyar, con respeto, a los ciclistas. Ver a los equipos internacionales apostarle a una competición en el país. Ver a los grandes del ciclismo colombiano figurar y luchar, de cerca, con la nueva generación de ciclistas criollos. No necesitamos más evidencias: el ciclismo es el verdadero deporte nacional y vale la pena invertir para que Colombia sea referente en el mundo, no sólo a nivel de talento, sino como lugar de competición.

Oro y Paz se trató de la primera carrera UCI 2.1 en Colombia, lo que significa que es reconocida a nivel mundial como una competición de élite. Por eso, contó con la presencia de cuatro de los mejores equipos del mundo (Sky, Movistar, Education First y Quick Step Floors).

Si bien la Vuelta a Colombia tiene mucho más historia, se ha visto cómo ha perdido influencia al no lograr atraer al mejor talento del globo, lo que a su vez significa que no sirve como escenario para mostrar el futuro de los ciclistas locales, ni para convencer al público que salga a apoyarlo.

Hacer una carrera UCI 2.1, por supuesto, significa una inversión considerable, pues requiere que se garanticen ciertas características de seguridad, premiación y de controles antidopaje. Pero si quedaba alguna duda sobre si se trata de un dinero bien utilizado, Oro y Paz es prueba contundente sobre su utilidad.

Ver al joven Egan Bernal, de tan solo 21 años y miembro del equipo Sky, vencer a dos consolidados como Nairo Quintana y Rigoberto Urán, en una competición donde todos se lucieron, genera orgullo, pero además, le dice al mundo que debe seguir mirando hacia Colombia.

“Orgullo” fue la palabra que usaron los ciclistas que quedaron en el podio, al ver que nuestro país puede organizar una competición de alto nivel. En efecto, Colombia tiene un motivo para celebrar.

La victoria de Bernal, quien en dos carreras que ha disputado con Sky ha ganado la camiseta de los jóvenes en el Tour Down Under y ahora se quedó con el título general de la Oro y Paz, de la montaña y de los jóvenes, es un triunfo para todos los ciclistas del país. Allí donde un nuevo apellido colombiano surge, se abre la puerta para que sigan buscando el talento del mañana en el país.

Por eso ahora el reto es no desaprovechar la nueva era dorada del ciclismo colombiano. Seguir invirtiendo, no sólo en competiciones de alto nivel (que son necesarias), sino en el fomento del talento. En este momento, inspirados por Bernal, Urán, Quintana y tantos otros, cientos de jóvenes colombianos quieren dedicarle su proyecto de vida al ciclismo. El reto del Estado y de la sociedad (porque también se necesita el apoyo privado) es decirles a esas futuras promesas que vale la pena apostarle a ese sueño.

En medio de tantas malas noticias, el deporte, en particular el ciclismo, sigue siendo el antídoto perfecto contra la desesperanza.

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Por El Espectador

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