La oportunidad perdida del cannabis

El Espectador
09 de febrero de 2019 - 05:00 a. m.
¿No valdría la pena, viendo la creciente demanda internacional, considerar impulsar el mercado del cannabis medicinal 
con recursos públicos? / Foto: Óscar Pérez - El Espectador
¿No valdría la pena, viendo la creciente demanda internacional, considerar impulsar el mercado del cannabis medicinal con recursos públicos? / Foto: Óscar Pérez - El Espectador

Mientras en Colombia seguimos estigmatizando la marihuana en el debate público, una compañía nacional que exporta cannabis medicinal empezó a cotizar en la bolsa de valores de Canadá. ¿Vamos a perder una enorme oportunidad comercial por seguir criminalizando los distintos usos del cannabis?

Blueberries Medical Corp. (BBM), que surgió como un cultivo de arándanos, se especializó en el uso medicinal de la marihuana. A partir de este año, sus acciones se están cotizando en la Canadian Securities Exchange, bolsa de ese país y una de las más importantes del continente. Como le dijo a El Espectador Christian Toro, CEO de la empresa, “nuestra lista pública en Canadá marca un hito importante para la industria colombiana que nos permitirá ser líderes internacionales en la producción de cannabis medicinal de alta calidad”.

La comercialización del cannabis medicinal, que está reglamentada en el país desde el 2015, abrió una nueva y lucrativa oportunidad de negocios; además de ser un triunfo para los pacientes de ciertas aflicciones. Ahora que el mundo empieza a flexibilizar sus regulaciones en este tema, también surge la oportunidad de hacer exportaciones.

La oportunidad económica es tan grande que, como explica Toro, “los cultivadores de cannabis en Colombia pueden lograr la producción por un costo muy inferior al que se necesita en Canadá o EE. UU., donde las empresas deben utilizar almacenes, lámparas solares de alta potencia y maquinaria para controlar el clima”. ¿Vamos a desperdiciar esa ventaja competitiva?

No se trata, por cierto, de promover la comercialización de un producto que afecta la salud de las personas o que genera efectos perversos en la población.

Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) le recomendó al Comité de Estupefacientes eliminar el cannabis de la lista de sustancias peligrosas que deben ser controladas. Eso, en medio de un creciente consenso global sobre cómo la marihuana, en su uso medicinal y también en el recreativo, no representa la misma amenaza que otras drogas duras sí causan.

Las empresas colombianas ya han empezado a desarrollar productos con base en el cannabis para fines medicinales. ¿No valdría la pena, viendo la creciente demanda internacional, considerar impulsar ese mercado con recursos públicos? ¿Se imaginan que los emprendimientos nacionales empiecen a ser reconocidos a nivel mundial por estar a la vanguardia en este tema?

Un problema constante en el país es que los gobiernos han sido ambivalentes sobre el tema. Aunque el Ministerio de Salud durante la administración de Juan Manuel Santos fue el que por fin reglamentó el cannabis medicinal, el Gobierno de Iván Duque tiene una posición más hostil hacia la marihuana en general. Es momento de cambiar esos debates e incluir un factor para nada despreciable: los incentivos económicos seguirán creciendo. ¿Nos quedaremos atrasados?

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Por El Espectador

 

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