La urgencia de proteger el Chiribiquete

Dos buenas noticias sobre el Parque Natural Chiribiquete son un recordatorio del reto tan enorme que enfrentará el próximo gobierno y todos los que lo sigan: ¿cómo vamos a proteger esa joya ambiental en medio de una escasez de recursos y de una deforestación que no parecen dar tregua?

El Espectador
04 de julio de 2018 - 02:00 a. m.

Primero se supo que la Unesco declaró el Chiribiquete como Patrimonio de la Humanidad, una medida que llama a la comunidad internacional a colaborar con su conservación.

Este es un necesario reconocimiento de que el parque, como dijo Ernesto Montenegro, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, “expresa desde el corazón de la Amazonia la fuerza y la sacralidad de la naturaleza, así como la diversidad y la ancestralidad del conocimiento”. No sólo eso, también es un arma de resistencia ante el cambio climático, una garantía de la sostenibilidad de la Amazonia, Colombia y el mundo entero.

Por eso, la segunda noticia es también esencial. El Gobierno Nacional, después de mucha planeación, expandió de manera ambiciosa y contundente el área protegida. En 1989, el parque tenía un área similar a la de Haití. Luego, en el 2013, se duplicó para alcanzar el área de Bélgica. Con la más reciente expansión, el Parque Nacional Natural Serranía del Chiribiquete tendrá 1’486.676 hectáreas más, para un total de 4’268.095 hectáreas. Eso representa al tamaño de Dinamarca y significa que es el área protegida más grande del país y de la Amazonia.

Llega en buena hora la expansión, pues el país enfrenta numerosos obstáculos para cumplir sus compromisos con la protección del medio ambiente.

Sólo a dos kilómetros del límite de la reserva se encuentra el primer parche de deforestación. Según el Ideam, el año pasado la deforestación se duplicó en la Amazonia. Además, como contó El Espectador, el 47 % de la deforestación del país se concentra en ocho municipios amazónicos, de los cuales cinco deberán proteger las nuevas fronteras del parque: San Vicente del Caguán, Solano, Cartagena del Chairá (Caquetá), San José del Guaviare, Calamar y Miraflores (Guaviare).

Entonces, la pregunta necesaria es: ¿estará el país a la altura del reto de proteger un área tan amplia? Hasta ahora lo ha conseguido, pero los expertos dicen que la falta de recursos y, por ende, de personas trabajando en la protección aumenta el reto.

Entre las prioridades del gobierno del presidente electo, Iván Duque, debe estar seguir en la toma de medidas contundentes, incluyendo una debida asignación presupuestal, para la protección del Chiribiquete y de todas nuestras reservas naturales. No es exageración decir que en el éxito de la conservación está el futuro de Colombia.

Celebramos que el mundo entero reconozca la importancia del Chiribiquete. También reconocemos los esfuerzos de la administración de Juan Manuel Santos por protegerlo. El impulso en la lucha contra la deforestación no debe perderse. Quedan muchos retos por enfrentar.

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Por El Espectador

 

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