EE. UU.: crisis, ficción y realidad

Armando Montenegro
20 de mayo de 2018 - 05:30 a. m.

El examen de la crisis de la democracia en Estados Unidos se enriquece todos los días con los trabajos de la academia y la prensa especializada, pero también con los aportes de buenas novelas y de algunas de las mejores series de televisión. Con el concurso de estos elementos se mantiene una intensa discusión que produce alertas y visiones alternativas.

En las librerías de Estados Unidos sobresalen libros como Fascism, A Warning, de la exsecretaria de Estado Madeleine Albright, y How Democracies Die, de los profesores Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, donde se estudia el ascenso de figuras como Hitler y Mussolini y lo comparan con la trayectoria política de Trump, Erdogan y Orbán, elegidos en las urnas, pero que, una vez en el poder, constituyen una amenaza para la democracia. Estos textos se complementan con los best-sellers sobre el desempeño del presidente en su primer año de gobierno, en especial los de Michael Wolff (Fire and Fury, Inside the Trump White House)) y James Comey (A Higher Loyalty: Truth, Lies and Leadership), el destituido director del FBI.

Los debates sobre este tema se han enriquecido con la reimpresión de dos importantes novelas: It Can’t Happen Here, de Sinclair Lewis, escrita en 1935, y The Plot Against America, de Phillip Roth, de 2004. Ambas narran la llegada de un fascista a la presidencia de Estados Unidos en los años de Hitler y Mussolini, en medio de la pasividad o complacencia de grandes grupos de la sociedad norteamericana.

No solo estos libros se han reimpreso profusamente, sino que, a raíz de la situación actual, sus temas se funden con los trabajos de los académicos que tratan de dimensionar el alcance de las actuales amenazas contra el sistema político norteamericano. Se destaca, al respecto, el libro editado por el profesor de Harvard Cass R. Sunstein, que traslada la pregunta de Lewis (Can it Happen Here?) a un grupo de expertos de primera línea, algunos de los cuales, en efecto, responden el interrogante en forma positiva.

Y esta conversación se amplía con los planteamientos de varias series de televisión. La última temporada de Homeland, por ejemplo, describe una conspiración rusa para derrocar a una presidenta demócrata, con la cooperación de senadores republicanos y miembros de las agencias de seguridad. Más interesante aún es The Handmaid’s Tale, basada en la novela homónima de Margaret Atwood de 1985, también omnipresente en las librerías, cuya trama transcurre después de que un grupo extremista, “Los hijos de Jacob”, se ha tomado el poder y ha impuesto una dictadura teocrática y violenta, que ha esclavizado a las mujeres, les ha prohibido la lectura y ha eliminado todo tipo de oposición y controversia.

Cuando todos los días se conocen las decisiones y las palabras de Trump, es inevitable no repasar con preocupación los mensajes y las advertencias de los académicos y ciertas obras de ficción, algo que seguramente hacen también los ciudadanos inquietos por la suerte de su país. La gran pregunta, sin embargo, es cuánto puede influir todo esto entre los fieles seguidores del presidente, muchos de ellos adictos a Fox News, quienes, además, miran con desdén y desconfianza a una cultura que consideran elitista. Sólo en las elecciones parlamentarias de noviembre se podrá saber si el presidente recibe un mensaje de censura de parte de los votantes.

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