Egan: el héroe que necesitábamos

Luis Felipe Henao
05 de agosto de 2019 - 05:00 a. m.

Colombia necesita héroes. La guerra y el narcotráfico no solamente nos ha dejado millones de víctimas, sino también una sociedad que no cree en sí misma, que busca el dinero fácil por encima del trabajo y cuyos líderes la empujan muchas veces al odio, al resentimiento, a la agresividad y a la venganza. El triunfo de Egan nos dejó enseñanzas muy profundas a todos los colombianos:
 
La Ley del mayor esfuerzo. En un país que baila canciones que enseñan que el trabajo es un enemigo y que durante décadas vio que el dinero fácil del narcotráfico se volvió una forma de vida, fue increíble ver como el día después de ganar la carrera más importante del ciclismo Egan corría el Criterium de Aalst en Bélgica. Muchos compatriotas en un día como ese estarían pasando el guayabo después de una bacanal interminable, pero Egan siguió cumpliendo con su labor en Ineos.
 
El trabajo en equipo. En una sociedad que vive del individualismo, en la que muchas personas pasan por encima de otras para sobresalir, fue inspirador ver como Egan siempre estuvo dispuesto a apoyar a Gerian Thomas y cómo cuando el colombiano tuvo mejores opciones el Británico fue su mejor gregario para la victoria de su equipo. Fue emocionante ver a Thomas dar un abrazo a nuestro compatriota celebrando la victoria como si fuera suya.
 
La fidelidad por sus raíces y su gente. En el momento cumbre del triunfo, al ser preguntado por los medios, Egan le dedicó su triunfo a su novia Xiomara Guerrero, una brillante ciclista profesional que siempre lo acompañó en su batalla y a quien también le espera un gran futuro. 
 
Humildad y nobleza. La respuesta de Egan al ganar el Tour fue tan natural como humilde. “No lo puedo creer”. Una frase que solo puede decirla quien piensa en el trabajo por el equipo más que en su propia satisfacción personal. Esa nobleza de millones de colombianos que trabajan de sol a sol para levantar a su familiar tan lejana a la malicia que se pregona en las calles. Es la influencia del ciclismo, un gran deporte que nos enseña a esforzarnos y a ser humildes como nos mostraron en su tiempo Lucho Herrera, Fabio Parra, Cochise, Oliverio Rincón, Santiago Botero y Álvaro Mejía, quienes nos siguen inspirando con su ejemplo de ser personas extraordinarias y sin cuyo trabajo este triunfo hubiera sido imposible.
 
Un héroe distinto. Cientos de miles de Colombianos como Egan, Nairo, Xiomara y Rigoberto nos representan con su trabajo en todo el mundo. Hombres y mujeres que laboran jornadas de 16 horas diarias en España y Estados Unidos para enviarles dinero a sus familiares, científicos en centros de investigación de la NASA como Adriana Ocampo, médicos brillantes como Rodolfo Llinás y Fernando Lizcano, astrofísicos en HARVARD como  Antonio Copete, diseñadores como Silvia Tcherassi y Esteban Cortázar, empresarios como Violy McCausland y Gabriel Jaramillo. Pareciera a veces que los colombianos tenemos que salir de este ambiente pesimista y polarizado para mostrar el talento. Mientras muchos compatriotas iluminan en mundo, los que vivimos en Colombia nos dejamos consumir por el odio, el resentimiento y la polarización anquilosada que no nos deja progresar.
 
La imagen de Egan es la de un triunfador muy distinto al de otros “ejemplos” que no cabían en la ropa por la más pequeña victoria y alrededor de quienes se formó una filosofía del dinero fácil. Es una inspiración para nuestros hijos y para todos nosotros.

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