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El 2020, un año para repensar

Beatriz Miranda
22 de diciembre de 2020 - 05:11 a. m.

Se va 2020, un año complejo, desafiante, pero de mucho aprendizaje. El mundo caminaba a pasos largos anclado en un modelo económico que, sin sombra de dudas, ampliaba la brecha de desigualdad. La riqueza de la minoría y la pobreza de millones eran cada vez más evidentes, y la ambición de las grandes potencias ante un mundo cada vez menos solidario y generoso se sentía en todas partes.

La derechización del mundo, la inconsistencia, desunión y grado de improvisación de los partidos alternativos favoreció el voto protesta en varias partes del mundo, conllevando a países importantes a ciclos históricos complejos y más aún a un derrotero incierto en detrimento de los pueblos, de sus necesidades y expectativas.

La democracia, los partidos políticos y sus representantes empezaron a carecer de credibilidad. Emerge un desencanto colectivo que lleva a innumerables segmentos de las sociedades a salir a las calles y apoderarse nuevamente del espacio público en pro de un mundo mejor.

Los últimos meses del presidente Donald Trump, su gestión ineficiente ante la pandemia de COVID-19, su renuencia a dejar el poder y su demora en aceptar los resultados electorales dejan al descubierto las fragilidades de la gran potencia y de su modelo político.

Sin embargo, el COVID-19 y sus mutaciones han cambiado la forma de vivir, sentir y relacionarse. Vamos a tener la primera Navidad online. Con aperturas recientes en varios lugares del mundo, las personas confinadas durante tantos meses salieron a ejercer su libertad como si la pandemia hubiera terminado o inconscientemente con las ganas de tener una Navidad y un 31 de diciembre con relativa normalidad.

No obstante, en el Reino Unido aparece una nueva variante del COVID-19, aparentemente más agresiva que las anteriores. Europa gradualmente se cierra, se esperan las vacunas para los primeros meses del año en varios países. Se abre una libre competencia entre varios laboratorios y tristemente la salud pública, el vacunar o no vacunarse se politizará en algunos países el año entrante, sobre todo en aquellos que en 2021 empezarán a pensar en las elecciones de 2022. Parece insano, pero es la realidad.

El COVID-19 trajo consigo indicios de cambios estructurales, pero aún no ha logrado mudar la vieja forma clientelista y populista de hacer política a costa de la desinformación o de la oferta de una información parcializada, acomodada a ciertos intereses.

Llegaremos a 2021 con la expectativa de un mundo mejor, pero pareciera ser que sin los instrumentos para hacerlo. Estudios revelan que América Latina en la pospandemia retrocederá quince años. Uno para y piensa: ¿menos educación, empleo, salud, inversiones extranjeras y corrupción? ¿Simultáneamente a su fragilidad estructural se convertirá en un campo de batalla por sus recursos naturales?

Por primera vez, la bolsa de valores cotizará el agua. La pregunta lógica es: ¿eso sería un camino para un mejor uso y apropiación de ese recurso esencial o se abre el camino para la especulación? En la región están las mayores reservas de agua dulce del mundo. Eso puede significar que, así como en ciclos históricos anteriores, América Latina se convertirá en el centro de la disputa por la apropiación de dicho recurso.

Sin embargo, el nuevo año golpea nuestras puertas y debe ser recibido con esperanza y fe. Es necesario creer que después de esta sombra que se abatió sobre el planeta, el hombre se levantará más fuerte, íntegro y espiritual a desbravar nuevos caminos que convoquen a la humanidad a pensar en el colectivo y no en la individualidad. Que las manos se entrelazarán en gran parte del globo para buscar no solamente la cura contra el COVID-19, sino para sanar el espíritu de la tierra y caminar hacia un renacer por medio de una nueva diplomacia basada en la cooperación y la solidaridad. Si no construimos puentes, podremos llegar rápidamente a un contexto de ingobernabilidad global.

Una feliz Navidad a todos y una gratitud inmensa a mis lectores por acompañarme durante el 2020. Nos reencontramos el 17 de enero.

Profesora de la Universidad Externado de Colombia.

 

Atenas(06773)22 de diciembre de 2020 - 10:03 p. m.
Igual una feliz navidad y q' en tal reposo repase su idealismo fútil a a partir de las bellezas de leyes q' se promulgan a la medida de V.Putin a objeto de q' lo cobije la impunidad por siempre, y primer pais laboratorio de un socialismo del cual hoy se avergüenzan, pero q' les queda la autarquía del espía.
luis(89686)22 de diciembre de 2020 - 02:28 p. m.
Un merecido descanso profesora.
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