Periscopio cultural

El arranque de la economía naranja

Manuel Drezner
12 de septiembre de 2019 - 05:00 a. m.

La idea de que lo que aquí llaman economía naranja, pero que es economía creativa en otras partes, llegue a producir el cinco por ciento del producto interno bruto es laudable. En países como Estados Unidos, ella representa más del 12 %, pero eso se debe a que en ellos hay una tradición creativa que no ha existido en Colombia. No se puede esperar que de un momento a otro los creadores comiencen a aportar a la economía simplemente porque el Gobierno lo quiere. Es necesario que se creen alicientes de diferente género para dar el necesario impulso inicial y entre ellos los principales son los tributarios y los que se refieren a subvenciones de diferente género.

Hay que crear también una infraestructura que no esté castigada con el absurdo impuesto al patrimonio, que ha resultado ser la mejor invitación para que la gente no invierta y para que quienes han invertido se vayan, como ha sucedido. Los cineastas necesitan laboratorios y canales de distribución, los artistas necesitan facilidad de acceso a los clientes, incluso los chefs de cocina deben tener ingredientes que no sean castigados con aranceles absurdos.

Debe saberse que la economía naranja nunca arrancará mientras que esas verdades de Perogrullo no se lleven a cabo, ya que si los alicientes no existen, se seguirá con la situación en la cual de todas maneras estamos, con idealistas haciendo sacrificios sin que nunca esos sacrificios se vean correspondidos por quienes afirman sus deseos de que los creadores contribuyan en forma efectiva a la economía del país.

 

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