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El autor no tiene quién lo llame…

Mauricio Botero Caicedo
21 de diciembre de 2014 - 02:00 a. m.

En varios artículos este columnista ha argumentado que, dado que el combustible del futuro va a ser la electricidad, la tendencia de los precios del petróleo es a la baja.

Me temo, sin embargo, que seguiré corriendo la suerte de Casandra, a quien nadie creía sus predicciones. Adicionalmente tengo la certeza que el ‘caza cabezas’ contratado por Ecopetrol para identificar su nuevo presidente no me va a llamar, ni siquiera a desearme un feliz año. Cierto alivio morigera el despecho de la no llamada, dado que hoy la presidencia de Ecopetrol tiene similitud a lo que en sus años finales fueron las presidencias de Sonolux o de la Kodak. Y la razón de tan aciaga comparación es que el petróleo es el combustible del ayer, no del mañana.

Ecopetrol, para sobrevivir, debe enfrentar varios retos. El propósito de este breve artículo es enumerar algunos de ellos:

- Sobrevivir en el mundo de los bajos precios de los hidrocarburos mientras que se ajusta a su nuevo ‘norte’, implica que Ecopetrol debe: I) emprender dramáticas reducciones en sus costos unitarios de producción; II) buscar mayor eficiencia en sus procesos de recuperación; III) posponer inversiones; IV) cerrar unidades productivas no competitivas; V) suspender el reparto del 80% de las utilidades; VI) incrementar el presupuesto de Investigación y Desarrollo.

- Ecopetrol, directamente y por medio de su principal accionista que es el Estado, debe aprovechar los bajos precios del petróleo para eliminar todo tipo de subsidios, en especial al consumo de combustibles y en particular a la gasolina; e incrementar los impuestos al consumo de gasolina.

- La principal meta estratégica de Ecopetrol es incrementar la exploración y explotación de yacimientos de gas, licitando con terceros interesados en campos con reservas, tanto probables como probadas. Para agregarle valor a este hidrocarburo es necesario convertirlo en electricidad, incentivando la venta en el exterior de fluido eléctrico, no del combustible primario.

- Dentro de la necesidad inaplazable de convertirse en un generador eléctrico de talla mundial, Ecopetrol debe emprender proyectos de generación eléctrica por medio de medios renovables como son las fuentes hídricas, incluyendo los caudales de los ríos; la eólica; la solar; y los biocombustibles de tercera generación. Para obtener los recursos y la tecnología necesaria en el nuevo ‘norte’, Ecopetrol debe diseñar e implementar una estrategia de asociación con compañías de generación eléctrica de primer nivel internacional en lo tecnológico y en lo gerencial, financiero y administrativo.

- Finalmente, debe cambiar de nombre y colocar uno que refleje su nuevo derrotero: la energías de fuentes renovables, con menor énfasis en las fósiles. El seguir manteniendo el nombre de ‘petróleo’ es un lastre innecesario. Una alternativa puede ser Empresa Colombiana de Energía, Ecoenergía.

El futuro de Ecopetrol, de no realizar un viraje radical que le permita enfrentar los nuevos retos energéticos mundiales, es negro. Cuando el transporte eléctrico se imponga, muy probablemente en el curso de la próxima década, el precio del petróleo va estar cercano a los US$10 el barril. En ese momento, una empresa como la Ecopetrol de hoy, no va a valer nada. El Gobierno —siendo el mayor accionista de Ecopetrol— y el nuevo presidente de la empresa están a tiempo de rectificar el rumbo: si lo hacen salvan a la empresa; si no lo hacen, serán pusilánimes espectadores de sus exequias.

 

 

 

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