Nada, ni cifras, imágenes o noticias de otras latitudes hicieron ver la semana pasada como otra de tantas en pandemia. Como si de pronto hubiésemos dejado de creer en el virus y sus nefastas consecuencias. Lo demuestran carreteras atestadas, turismo desaforado, baja en protocolos de bioseguridad y el telepresidente bronceado en Cartagena, pero también otras señales de que este país volvió a su vieja anormalidad, con incremento de todas las violencias y víctimas, la increíble repetición de medidas para impedir que se abarroten las UCI y, especialmente, la indolencia de este Gobierno alcabalero.
Lee este contenido exclusivo para suscriptores
El país de las maravillas
El bazar de los idiotas
07 de abril de 2021 - 03:00 a. m.