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Notas al vuelo

El buen vecino

Gonzalo Silva Rivas
21 de abril de 2021 - 03:00 a. m.

Mientras en Colombia no aparecen las vacunas contra el COVID-19 y en la mayoría de naciones se enfrentan obstáculos en el proceso de inmunización, en Serbia, un pequeño país localizado en la península balcánica, en el sureste de Europa, las cosas pintan de otro color. Las hay de todas y para todos los gustos. Sus visitantes son beneficiarios y las reciben gratis. Les basta con diligenciar un formulario y solicitar la de su preferencia, la china, la rusa o cualquiera de las occidentales.

Serbia ocupa un territorio marcado por 3.000 años de historia, en el que desde época romana se escriben páginas de imperios, principados y reinados; de invasiones y guerras, de independencias y separaciones. Sus ciudades conservan el legendario legado de dos culturas rivales, la de la Casa de Habsburgo y la turca otomana. Y, no obstante sus profundas raíces y darse el lujo de ser un destino suficientemente recursivo, atractivo y económico, es el menos conocido y visitado de toda la región.

Se expande por 85.000 kilómetros de exóticos y variados paisajes, entre planicies, montañas y cinco parques naturales, nutridos por densos bosques y lagos vírgenes, verdaderos tesoros para amantes del ecoturismo y practicantes de trekking y deportes de aventura. Su cosmopolita capital, Belgrado, es una metrópoli cautivante, culta y bohemia, cuya vida nocturna bulle entre bares flotantes, a orillas de los ríos Danubio y Sava.

En las últimas semanas, sin embargo, la turísticamente ignorada Serbia se ha convertido en una especie de niña bonita para los europeos, codiciada y visitada especialmente por los extranjeros vecinos. Sus fronteras abiertas permiten el acceso o el tránsito de millares de personas de diversas nacionalidades que buscan conseguir dosis gratuitas de vacunas. Con siete millones de habitantes, es el octavo país del planeta en la adquisición y administración del remedio y, hasta ahora, el único caso conocido donde la oferta supera la demanda.

De acuerdo con datos recientes, registra la vacunación más avanzada de Europa, con 25 % de inmunizaciones; presenta los menores índices de contagios, apenas superiores a los 600.000, y no suma aún los 5.000 muertos. Su gran paradoja, que de cierta manera explica que haya vacunas para regalar, es la fuerte resistencia de sus habitantes hacia la inoculación. Cuenta con los suficientes biológicos para inmunizar a toda la población, pero el 40 %, por ahora, no está dispuesto a hacerlo.

Este comportamiento social no es del todo gratuito. Desde los inicios mismos de la pandemia, el propio gobierno encabezó campañas de desinformación sobre la enfermedad, que fueron tejiendo teorías de la conspiración y alimentando movimientos antivacunas. Incluso, tocaron a su deportista más famoso, el campeón de tenis Novak Djokovic, quien rechazó la obligatoriedad de la aplicación y en medio de la crisis organizó un controvertido torneo público. Su postura se viralizó y aumentó la desconfianza. El jugador se rectificó, tras dar positivo y guardar confinamiento, y el presidente, Aleksandar Vučić, debió suplicar a sus gobernados, recientemente, que se vacunaran.

Con la limitada oferta de aspirantes a vacunarse y una jugosa cantidad de biológicos guardada en bodegas, en Serbia se cumple a cabalidad el refrán que dice que en casa de herrero, azadón de palo. Las vacunas recibidas superan las expectativas. Le llegan de Europa, de Estados Unidos, de China y de Rusia. De carambola, a partir de mayo, será un nuevo fabricante autorizado de la rusa Sputnik V y, desde octubre, de la china Sinopharm.

La generosa oferta de inmunizantes tiene explicación en el hábil manejo político que juega a tres bandas el presidente Vučić, un gobernante populista que ha sabido bajar la modulación a sus tesis ultranacionalistas y expansionistas para sacarles dividendos a las potencias de Oriente y Occidente. Pese a su marcada tendencia prochina y prorrusa, sabe congraciarse con Estados Unidos y Europa mediante el ejercicio de un discurso de equilibrio geopolítico. Su aparente vocación de neutralidad le permite responder a los intereses de los gigantes asiáticos, pero también ganarse la nominación para acceder al club de países de la Unión Europea.

A partir de sutiles técnicas de la ambigüedad, su gobierno busca pulir la imagen ultranacionalista que ganó durante la sangrienta partición de Yugoslavia y, de paso, seducir a las grandes potencias, liberándose de sujetadores geoestratégicos. Y con la carta de las vacunas, que ha donado a los países de la región —donde eran inexistentes—, no oculta sus intenciones de extender su influencia en el vecindario, ese complicado polvorín de los Balcanes.

Tras oscuros tiempos de conflicto, bajo el pretexto de su relativa supremacía política y demográfica, Serbia pareciera no darle lugar a la soberbia y posa, en los azarosos tiempos de pandemia, como el generoso y buen vecino, mientras visibiliza su magnífico, vibrante y desconocido potencial turístico, aún blindado, por fortuna, contra el devastador vendaval de los viajeros en masa.

gsilvarivas@gmail.com, @Gsilvar5

 

Atenas(06773)21 de abril de 2021 - 04:59 p. m.
A mi juicio, cuando por estos lares suelen poner como 'ejemplificante ejemplo' pa todo a estos pequeños países de cultura milenaria y q' han padecido las verdes y las maduras, pa q' sean referentes nuestros, no dejo de sonreír, pues considero tal estilo de cotejación por fuera de razón. Cuando el descubrimiento d América fue el encuentro de dos mundos: Renacimiento vs. Neolítico. Poco ha cambiado.
AtehortuA(40638)21 de abril de 2021 - 02:30 p. m.
Y acá el paquetazo del subpresidente por miramientos políticos y politiqueros casi que no negocia las vacunas con los países asiáticos y miremos en la situación en la que estamos sumidos hoy en día, sin vacunas, y no solo por demorar estas negociaciones sino por priorizar a las farmacéuticas de occidente. Entre tanto los muertos en el país aumentan de manera dramática.
Mar(60274)21 de abril de 2021 - 11:20 a. m.
Lo que llama la atención es que pese a su reticencia a las vacunas el virus se ha manejado bien con ellos, o será por lo mismo? mire Chile super vacunado y que crisis de coronavirus tan grande la que están viviendo en este momento.
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