El calvario de los sirios

Siria sigue en llamas y son millones los habitantes que han emigrado a países vecinos o a Europa en busca de refugio y sobrevivencia por la guerra civil que se libra en su territorio patrio.

La oposición tenía una leve esperanza de que el presidente Bashar al-Asad permitiría el juego democrático en la política y que las fuerzas de oposición llegarían en el futuro al poder para reemplazarlo y terminar con esa hegemonía que había pasado de padre a hijo.

Pero no fue así. El presidente Al-Asad, al ver amenazado su poder dictatorial, empezó una dura represión al movimiento opositor que osaba enfrentársele y como consecuencia de ello empezó la guerra civil en esa nación árabe, que lleva más de siete años y que cada día es más sangrienta e inhumana.

Recordemos que a la oposición la vienen apoyando el gobierno de Estados Unidos y algunas potencias europeas, como Alemania, Francia e Inglaterra, que han puesto soldados, tecnología, aviones y armamento con el objetivo de derrotar al dictador y buscar hacer elecciones para que llegue al poder un dirigente que quite los duros yugos que le ha impuesto el presidente Bashar al-Asad en general a su pueblo.

Por otra parte, al ver el dictador la amenaza materializada por el apoyo de los países de Occidente a la oposición dentro de su país, pidió el apoyo de Rusia e Irán, que rápidamente enviaron aviones, ejército y apoyo logístico para contrarrestar la fuerza occidental.

Es bueno aclarar que Irán desde antes ha venido apoyando el gobierno de Bashar al-Asad y a través de sus fronteras ha venido pasando armamento y apoyo logístico a los grupos terroristas que atacan sistemáticamente a Israel, y por supuesto, el presidente Al-Asad lo permite.

El apoyo en armas y bombarderos que Rusia ha prestado a Siria ha sido definitivo para inclinar la balanza a favor del dictador sirio, y por ello vemos en estos días que prácticamente viene ganando la guerra y masacrando sin ninguna contemplación al ejercito que le hace oposición. Son miles los habitantes que huyen mediante un cordón humanitario de camiones que ha provisto la ONU, ya que niños, mujeres y jóvenes fallecen bajo el impacto de las explosiones y armas químicas que el dictador no tiene escrúpulos en dejar caer en los refugios de la oposición ya previamente localizados.

Luis Castellanos García. Bogotá.

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