El campo en el debate electoral

Cristo García Tapia
05 de abril de 2018 - 03:00 a. m.

Analistas hay que preguntan, con tonta malicia, por el campo en el debate electoral, ignorando adrede que el único candidato que ha planteado una política para el campo, desde la democratización de la tenencia y uso de la tierra fértil para los fines del desarrollo de una agricultura industrial y sostenible, y altamente productiva y de autoabastecimiento y seguridad alimentaria, es Gustavo Petro, Colombia Humana.

Y no, como han dado en vulgarizar los propagandistas y defensores a ultranza del latifundio improductivo y ocioso, expropiando las tierras que se destinaran a la producción agrícola en gran escala, sino creando emprendimientos cooperativos, individuales y de economía solidaria, mediante la compra por el Estado de aquellas extensiones de tierras de más de mil hectáreas que, en siendo fértiles no tienen otro uso y destinación que el rentístico.

Otros, de la misma familia de aquellos, diestros en los artilugios de alterar la verdad para acomodarla a los fines y medios que sirven, partiendo de supuestos escriben, sostienen y hasta “demuestran”, que la propuesta económica de Gustavo Petro, si bien “es ambiciosa”, vale decir, semánticamente, el que quiere y propone con determinación lo mejor, en este caso Petro, es ambigua y desacertada.

Vaya ambigüedad y desacierto, el de estos noveles economistas, cuyas luces, más que alumbrar, encandilan, acomodan y distorsionan la realidad económica, fiscal y financiera del Estado y del aparato productivo nacional como agentes esenciales e imprescindibles de toda política pública que estimule y ponga en marcha acelerada la renovación, modernización y transformación de nuestra economía, en vías de extender y hacer partícipes de la riqueza nacional al mayor número de colombianos ampliando su cobertura, productividad e inclusión.

Entre decir que no encontramos propuestas concretas, y acomodar unos supuestos  para no querer encontrarlas, media la mirada perversa, la intención dolosa, la servidumbre mental, de quienes arrogándose unas competencias y retumbos académicos, despliegan toda una batería de supuestos cargada con carbón de leña, falsos, para distorsionar la validez, en el escenario factico, de la propuesta económica del candidato Gustavo Petro, las cuales, según tales agoreros, es poco novedosa y limitada, pero “en línea con las recomendaciones de expertos mundiales en la materia”. Mejor dicho, es mala, pero a la vez es buena.

¡Joder!

De donde van a salir los recursos para tal o cual implementación y ejecución de las propuestas del candidato Gustavo Petro en calidad de presidente es la pregunta recurrente de los expertos analistas Benson y Trejos, en la serie "Los planes económicos de los candidatos", aquí, en El Espectador, y aunque ellos mismos, sin caer en cuenta, se dan de frente con la respuesta objetiva favorable a Petro, el tal análisis no pasa de ser un galimatías del es bueno pero malo, del sí pero no…

¿Por qué no se ocuparon de analizar objetivamente dos variables, Corrupción y Regla fiscal, para que descubrieran, objetivamente también, que los recursos que destinará Petro para “educación, ciencia, cultura, deporte y protección de la primera infancia”, apenas si alcanza a una …ava parte del presupuesto que el Estado “apropia” para financiar la corrupción, 50 billones por vigencia fiscal?

Y de paso, mientras preparan el “análisis” de la propuesta económica de Duque, Vargas Lleras, De la Calle, concluyendo en “todo lo que proponen es bueno para el país” y “cumple con la regla fiscal”, bien les vendría leer a Nicolás Georgescu–Roegen, acerca de los economistas que falsean la realidad para acomodarla a los supuestos, es decir a sus intereses o el de sus mandaderos y mentores.

* Poeta

@CristoGarciaTap

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar