El costo político del coronavirus

Columnista invitado EE
06 de marzo de 2020 - 05:00 a. m.

Por Miguel Villa Uribe

No hay nada que afecte más políticamente a un mandatario que una crisis económica, y el coronavirus ya ha hecho de las suyas. Se calcula que estamos entrando en una crisis peor que la de 2008, pero con motivos muy diferentes a los de esa época. Sencillamente, hay pánico en las calles donde el coronavirus ha aparecido y tiene parada la segunda economía más grande del mundo (China). En Italia la historia no es muy diferente, y hasta en Ecuador ya está haciendo estragos. Aunque no es tan mortífera como otras enfermedades con las que ya convivimos, por ejemplo el dengue, su contagio es muy alto y parece que ningún país se salvará, especialmente porque hemos visto que no ha habido cooperación internacional para evitar lo que está pasando. Muchas economías no han querido ni siquiera reconocer el verdadero alcance del virus para no afectar sus mercados internos o su honra: son los casos de EE. UU. e Irán.

Cuando tenemos crisis de este tipo los más afectados son los líderes de los países, ya que son las cabezas visibles. Esto ya les está saliendo muy caro a muchos y hasta ahora empieza el problema. Xi Jinping (presidente de China) está pasando por la peor crisis de su mandato y, si le sumamos la situación de Hong Kong y la guerra comercial con EE. UU., podríamos decir que estaría contando sus últimos días de gobierno. Aunque China es otra historia: es un país comunista con un nivel de control sobre sus habitantes altamente meticuloso y un bloqueo total de la información para mantener el dominio mediático. Ya veremos cómo sale librado de esta crisis.

En el vecindario la historia es muy diferente. Acá tienen que rodar cabezas y el primer afectado ha sido Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, quien por primera vez ha visto bajar su popularidad, lo cual empezó con las malas cifras económicas, los brotes de violencia y el conocimiento de la llegada del virus a su país.

En cuanto a Colombia, las cosas pueden ser mucho más preocupantes. Nuestro presidente no goza de una popularidad del 70 % como AMLO, sino todo lo contrario, una impopularidad de la misma cifra, y problemas enormes como el debilitado proceso de paz, los altos impuestos, el sistema de salud colapsado —el cual se verá claramente afectado con esta epidemia— y finalmente la economía, la única carta de presentación de este Gobierno. Las cifras dicen que somos el país con más crecimiento en la zona, pero aparentemente de esta crisis no nos vamos a salvar. ¿En qué lugar quedaremos? Todo esto suma la tormenta perfecta y ya veremos cómo la afrontará el Gobierno Nacional.

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