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El desorden de las importaciones

Indalecio Dangond B.
26 de octubre de 2020 - 03:00 a. m.

A los que negociaron los TLC con Estados Unidos y la Unión Europea les tuvo que haber quedado doliendo la cabeza. Por culpa de estos acuerdos, en ocho años se estancaron la agricultura y la ganadería en Colombia, mientras que las importaciones de alimentos y materias primas siguen disparadas sin control, arruinando cada año a más agricultores y ganaderos del país.

Lo más preocupante de esta apertura comercial es que no existe por parte del Ministerio de Comercio e Industria una reglamentación que distribuya durante el año los contingentes de importación de materias primas y alimentos subsidiados y sin aranceles que entran al país sin tener en cuenta los inventarios, el consumo y los calendarios de las cosechas.

Por ausencia de este mecanismo, este año, por ejemplo, la viceministra Laura Valdivieso permitió la importación de más de 47.000 toneladas de leche en polvo en pleno pico de producción, lo cual hizo que se cayeran los precios de la leche nacional afectando los ingresos de los pequeños y medianos ganaderos.

Lo mismo ocurrió con los productores de palma de aceite y azúcar. En lo corrido del año han entrado al país más de 160.000 toneladas de aceite y 178.000 de azúcar, castigando los ingresos de los productores de más de 800.000 hectáreas de estos dos importantes subsectores agrícolas de nuestra economía. Ni que hablar de la absurda y descontrolada importación de etanol subsidiado desde los Estados Unidos, que está acabando con la política de los biocombustibles en Colombia.

Otro de los sectores afectados por esta falta de control y planeación de la política de importación de alimentos es el papero. La entrada este año de más 29.000 toneladas de papa congelada desde Europa tiene a los productores de Boyacá, Cundinamarca y Nariño al borde de la quiebra. El bulto de papa que vendían aproximadamente en $38.000 pesos cayó a $20.000, que no les alcanza siquiera para cubrir los costos de producción. Ese margen se quedó en otras manos.

También están acabando con los cultivos de la cebolla roja ocañera. La descontrolada importación de 45.000 toneladas de cebolla desde Perú y Ecuador (más la que entra de contrabando) ha originado enormes pérdidas a más de 1.200 familias de los municipios que integran la región de Catatumbo y provincia de Ocaña, ubicados en Norte de Santander. En menos de dos años, las áreas sembradas se disminuyeron a menos de mil hectáreas.

Y ahora van por la destrucción de los cultivadores de maíz blanco y amarillo. En el departamento de Córdoba, están a punto de perderse 20.000 toneladas de maíz blanco por la importación de más de 337.000 toneladas, previa a esa cosecha. Traer una tonelada de maíz desde los Estados Unidos a Montería cuesta hoy alrededor de $1′144.945 y a los productores nuestros se la quieren comprar en $800.000. ¡No hay derecho! El negocio con las subastas de importación arroz es peor.

En estas condiciones es muy difícil fomentar el crecimiento y la productividad de nuestro sector agropecuario. Y los platos rotos, como siempre, los termina pagando el Ministerio de Agricultura con los impuestos de los colombianos.

* Consultor en acceso a crédito de fomento agropecuario.

 

luis(89686)26 de octubre de 2020 - 02:41 p. m.
Importaciones absurdas y endeudados hasta la coronilla. En Nariño se cultivaba el "TRIGO 50". Agro Ingreso Seguro, no se entiende el significado de estas tres palabras. La fumigación con Glifosato está lista. Un país rico destinado a la pobreza absoluta, EL NO FUTURO.
Atenas(06773)26 de octubre de 2020 - 01:40 p. m.
El funesto impacto de tan desequilibrados acuerdos al calor de los anhelados TLC, fatal herencia del tartufo Santos- tal cual hoy lo recuerda en su columna L. Madrigal-, nos demuestra cuán perverso fue ese octenio, amén de los desangres en los compromisos suscritos q' ponen a punto de colapso nuestra economía. Mientras aquel siniestro sujeto se precia de su premio.
bernardo(19305)26 de octubre de 2020 - 05:04 p. m.
Doctor Dangond. El ministro de hacienda y el banco de la República,y los consumidores, estamos felices porque la importación masiva de alimentos abarata los precios y se controla la inflación. En próxima columna por favor ilustrenos sobre la forma de obtener el punto de equilibrio que nos pueda dejar medio contentos a todos. Gracias
Periscopio(2346)26 de octubre de 2020 - 01:17 p. m.
Yo ensayé en Bogotá el auto autónomo y me pareció estupendo porque nos libra de los azares de conducir, pero todavía me pregunto ¿por qué diablos me trajo a Soacha si yo quería ir a Chía? Moraleja: Estás perdido cuando delegas tu autonomía en alguien o en algo que no es confiable. Es preferible tomar el timón y asumir los riesgos. ¿Consejo para Uribe.... o para Duque?
Periscopio(2346)26 de octubre de 2020 - 01:11 p. m.
Un humilde campesino desplazado y expropiado se presentó ante el ministerio de agricultura y le preguntó al funcionario: ¿Es verdad que el gobierno le está dando tierra a los campesinos? -Si, señor, pero... ¿trajo una bolsa para llevarla? Ese es el AIS de la plutocracia uribista. !Y a eso le llaman ostentosamente "democracia"! !Ay hombe!
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