El dinero de los candidatos

Escuchar a los candidatos políticos hablar es una actividad que cada vez me interesa menos. Las diferencias en sus discursos son mínimas e incluso cuando deslumbran con sus conocimientos o carisma, esa no es garantía de que estas cualidades vayan a traducirse en un liderazgo efectivo y benéfico para la ciudad, el departamento o el país que pretenden administrar.

La temporada electoral agobia con debates en los que no se profundiza en nada, y con propaganda inundada por promesas desvinculadas del día a día y las limitaciones prácticas que se imponen sobre los gobernantes.

En mi experiencia como votante, lo que un candidato dice durante las elecciones no es un buen indicador de lo que va a hacer cuando llegue al poder. Ni siquiera podemos fiarnos de su supuesto color político. Todos los candidatos se presentan de centro o de centroizquierda, y quizás de centroderecha, de una forma tan predecible, que casi me dan ganas de votar por alguien que tenga la valentía de declararse abiertamente de derecha, solo por premiarle su honestidad y su audacia. Casi.

Más que escuchar hablar a una gente que está tratando de vendernos un producto, que es su marca encapsulada en un apellido, un eslogan y un retrato hipereditado en Photoshop, me gusta mirar otras cosas. En especial sus financiadores.

Descarto a Hollman Morris como opción porque no encontré información sobre sus donaciones en el aplicativo Cuentas Claras de la Registraduría. No da confianza un candidato cuyas donaciones no se pueden revisar.

Sigamos con Miguel Uribe. De los $957 millones que reportó en donaciones y préstamos, me llama la atención que la mitad es un préstamo de $500 millones del Centro Democrático, $100 millones más son donaciones de Seguros Bolívar y Colpatria, y $10 millones son de una empresa de los Uribe Moreno llamada 31416 SAS. Es un personaje en manos de Álvaro Uribe y los bancos.

Carlos Fernando Galán. Cuando investigué el cartel de la contratación, en el año 2011, fue una fuente confiable y un hombre articulado durante las entrevistas. Siempre he tenido la impresión de que es honrado. Ahora, sus financiadores están decididamente del lado de las constructoras, los bancos y grandes empresas de alimentos procesados, como Bavaria y La Alquería. De los $947'015.000 que declaró, la tercera parte, $340 millones, son de aquellas dos empresas; $130 millones son de Seguros Bolívar y Bancolombia; $120 millones, de constructoras e inmobiliarias; $25 millones, de Valorem, grupo empresarial de la familia Santo Domingo en el que está este diario, así como Caracol Televisión y Blu Radio; y $50 millones, de ProPública, una fundación que financió a Enrique Peñalosa y a Maurice Armitage en Cali, y también le ha dado $50 millones a Miguel Uribe para su campaña. Carlos Fernando Galán es un candidato de derecha que no tiene la claridad de presentarse como tal.

Si bien la Fundación ProPública también financió a Claudia López para su campaña de 2014 al Senado, en las actuales elecciones no hizo la donación o no fue declarada. Tenemos para López, en cambio, $417 millones en donaciones de la Alianza Verde, de los $708'271.500 que declaró en créditos y donaciones. Las siguientes donaciones más grandes fueron $50 millones de Bancolombia, $25 millones del biotecnólogo Guillermo Andrés Cano, $25 millones de una agencia de empleo, $20 millones de la dueña de Corona, $35 millones de dos donaciones hechas por personas que han sido cercanas a Enrique Peñalosa y/o trabajan con la Alcaldía. También la apoyan una constructora de centros comerciales y un par de constructoras adicionales. A juzgar por las donaciones, López está decididamente anclada a la lealtad de partido y tiende a la derecha más que a la izquierda, aunque ella diga que es de centroizquierda.

Invito a los ciudadanos a revisar información más objetiva sobre los candidatos que sus programas de gobierno, sus discursos, sus entrevistas y sus comentarios en debates. El dinero de sus campañas nos permite vislumbrar a quién le deben favores cuando lleguen al poder.

Twitter: @santiagovillach