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El Estado de derecho en América

Augusto Trujillo Muñoz
11 de diciembre de 2020 - 03:00 a. m.

A propósito de las elecciones del domingo anterior en Venezuela, más de mil juristas de distintos sitios del mundo suscribieron una declaración en defensa del Estado de derecho. Encabezan la lista los directivos de la World Jurist Association: su presidente, el jurista español Javier Cremades; su vicepresidenta, Viviane Reding, de Luxemburgo; el sudafricano Johann Kriegler; el portugués José Matos; la francesa Marie-Aimée Peyron y el italiano Lucio Ghia, expresidente de la Asociación Mundial de Juristas.

“El que no vota no come” repetía Diosdado Cabello, con una seguridad que no dan sino la descompostura o el cinismo. Las elecciones se diseñaron a la medida del gobierno y eso ocurre solo cuando los proyectos políticos se agotan. En Venezuela se han dictado leyes habilitantes y, ahora, se convoca a elecciones amañadas. Ni aquello es jurídico, ni esto es democrático. Las normas son derecho si garantizan libertades y facilitan controles sobre el poder. La democracia es legítima si se consolida como una cultura que no dé cabida a los fraudes de ley.

El tránsito de los dos siglos trajo anuncios de esperanza. La derrota de los fascismos, después de la segunda posguerra, pareció sellarse para siempre con el advenimiento del neoconstitucionalismo. El colapso del socialismo real, hacia el final del siglo, sepultó los comunismos, superó la ideologización de la Guerra Fría y abrió las puertas hacia el reconocimiento de las sociedades plurales. Era el triunfo pleno del Estado de derecho.

A poco andar, sin embargo, reaparecieron sonidos de aquel pasado oscuro y tribal que, en sus expresiones más dramáticas, pasó a la historia con los genocidios de Hitler y con las purgas de Stalin. Fascismos y comunismos parecen estar de regreso, envueltos en el ropaje bifronte del populismo que, por un lado, halaga a la opinión y, por el otro, tiraniza a los pueblos. Los populismos son una pandemia paralela.

Hoy recorren el hemisferio con distintas cartas de presentación: Socialismo del siglo XXI, Estado de opinión o America First, con todo y muro, como en el Berlín de los tiempos de la Guerra Fría. Los populismos desconocen el principio del control y reprimen lo que llaman exceso de derechos de las personas y de los grupos sociales. Trump y Maduro, por ejemplo, son populistas. Maduro destruye las instituciones de su país y se perpetúa en el poder. Trump hace lo mismo, solo que se encuentra con instituciones más fuertes que lo dificultan. Uno y otro se parecen bastante más de lo que se diferencian.

Existen señales preocupantes sobre el futuro del Estado de derecho en el hemisferio. Incluso sobre su presente. En América del Sur es frecuente registrar desviación de poder, abuso del derecho, fraude de ley, inspirados desde los gobiernos. Son estas figuras bien estudiadas por los juristas que analizan violaciones a los principios del Estado de derecho sin que se lesionen sus reglas. Este se vuelve puramente teórico, porque se queda escrito. Eso también ocurre en Colombia. Nada de esto es ajeno a las preocupaciones de la Asociación Mundial de Juristas, que lleva más de medio siglo defendiendo el Estado de derecho y que reúne su próximo Congreso en Cartagena de Indias. Venezuela deslegitimó sus instituciones y el Estado de derecho comenzó a quedarse escrito. Ese fue el principio del fin.

@inefable1

* Presidente de la Academia Colombiana de Jurisprudencia.

 

LUIS(29497)11 de diciembre de 2020 - 04:36 p. m.
Si bien es cierto que existe el riesgo de esos dos extremos pero siendo que el comunismo fracaso por la corrupción ,porque debe perpetuarse el fascismo neoliberal que es aun mas corrupto(feriar lo publico) a inversionistas locales o extranjeros, que en nada ayudan a mejores costos y servicios para el usuario, tanto que algunos con falacia se ubican en el centro solo para provecho propio y continua
Periscopio(2346)11 de diciembre de 2020 - 03:38 p. m.
Así como SEMANA ejerce una descarada y arbitraria censura contra sus periodistas, asímismo EL ESPECTADOR censura A SUS PROPIOS LECTORES, borrando los comentarios o bloqueando el acceso al foro de comentaristas, como lo está haciendo conmigo, aunque siempre respeto rigurosamente las reglas de participación en el foro de comentaristas. !EXIJO A EL ESPECTADOR EL RESPETO AL DERECHO DE EXPRESION!
miguel(konq9)12 de diciembre de 2020 - 01:27 a. m.
Lo mismo que en Venezuela pasa acá en Colombia. El Matarife le aseguró la elección a su titere con votos comprados por el Ñeñe, y el proceso en la Corte o en la Fiscalía se encuentra estancado. Otro parecido: el gobierno tiene en el bolsillo todos los entes de control, y hasta la fiscalía con el amigo de Duque. Entonces, antes de criticar al vecino arreglemos nuestra casa
ALBERTO(84624)11 de diciembre de 2020 - 07:29 p. m.
Lo de VENEZUELA es una VERGÜENZA. Lo que ocurre en COLOMBIA, como se llama?. Donde quedan los muertos de este lado, lideres sociales, reicertados, sindicalistas, todo el que piense distinto al establecimiento. Arreglemos, miremos nuestro patio, y despues el patio vecino.
LUIS(29497)11 de diciembre de 2020 - 04:16 p. m.
Vemos los dos extremos descritos pero si el comunismo no existe desde la caída del muro, el cual fracaso mas por la corrupción porque el fascismo neoliberal , que es corrupción pura y dura (saqueo de lo publico)mediante inversionistas locales o foraneos (empresas de servicios y otras) debe subsistir, aunque algunos se ubiquen en un falaz centro para camuflarse y perpetuar ese saqueo que en nada
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