Publicidad

El fin de una época

Jorge Iván Cuervo R.
09 de abril de 2021 - 03:00 a. m.

La conciencia de la humanidad sobre los cambios de época generalmente se da a posteriori. El tránsito del feudalismo europeo a la modernidad tomó varios siglos, y es difícil imaginarse que los hombres y mujeres de esa época pudieran ver y advertir los profundos cambios que se estaban dando, tanto en la vida cotidiana, las relaciones sociales y laborales, así como en la relación entre gobernantes y gobernados con la destrucción del fundamento de legitimidad del poder divino que se inició con la reforma luterana.

Algo similar pasa con la llegada del COVID-19, que ha acelerado una serie de cambios que venían dándose desde los años 70 del siglo pasado con el declive del Estado de bienestar y la exacerbación de los mecanismos de mercado como principal forma de regulación de las relaciones sociales. El desarrollo de las instituciones no se da al mismo ritmo en todas las sociedades, y si se repudia la presencia del Estado en la vida privada en países como Estados Unidos, en Colombia reclamamos su presencia para enfrentar violencias y marginalidad social. Entre nosotros, el Estado todavía cumple una función de construcción de un orden político y social. El debate es qué tanto Estado y cómo financiarlo.

Pero la pandemia global del COVID-19 trajo un nuevo escenario que obliga a pensar que puede ser el fin de una época y dar paso a lo que distintos autores han llamado sociedad poscapitalista, sociedad posindustrial y, desde una perspectiva más filosófica, el surcoreano Byung-Chul Han ha llamado la sociedad del cansancio, o lo que desde la sociología Ulrich Beck había denominado la sociedad del riesgo.

Pues el cansancio —la fatiga pandémica— y el riesgo se han instalado en nuestras vidas. Lo que antes eran actividades normales, como ir al trabajo o a la escuela, tomarse un café (ahora con IVA), usar el transporte público o viajar, hoy constituyen actividades de alto riesgo que evitamos en la medida de nuestras posibilidades para evitar contagiarnos, contagiar, enfermar y eventualmente morir.

Los Estados hacen lo que pueden, pero las cifras indican que no existe todavía un punto de quiebre para decir que hay control de la pandemia. Rebrotes, nuevas variantes del virus y poco aprendizaje para enfrentar el desafío más allá de medidas autoritarias cada vez menos eficaces —con una economía que reclama dinámicas sociales que facilitan la velocidad de contagio— parecen ser una ecuación difícil de resolver en el corto plazo, con grandes costos emocionales, sociales, políticos y sicológicos de los que no nos estamos haciendo cargo.

Sobrevivir, esa es la consigna con dotaciones iniciales de bienes —trabajo, ahorro, redes sociales de protección, condiciones previas de salud— profundamente desiguales para enfrentar el rigor de los confinamientos. La vacunación sigue avanzando de manera lenta comparada con la velocidad de contagio del virus – y la generación de nuevas variantes- y una inmunidad de rebaño eficaz parece ser una apuesta demasiado riesgosa para volverlo política pública.

Volver a la normalidad hoy parece una meta cada vez más difícil de lograr. Ni las sociedades, ni las economías, ni los regímenes políticos volverán a ser los mismos. Las calles se llenan de seres fantasmales y policías abusivos que difícilmente nos devolverán las libertades civiles. El control autoritario se ha diseminado sin mayor resistencia.

Los liderazgos políticos han sido incapaces de imaginar un mundo común donde la solidaridad planetaria, especialmente con los más vulnerables, sea la clave. Y el egoísmo allí, instalado en nuestra conciencia colectiva como telón de fondo de esta tragedia.

@cuervoji

Temas recomendados:

 

UJUD(9371)10 de abril de 2021 - 12:14 a. m.
Y este ilegítimo,infame e inepto gobierno cada día más y más mentiroso. Menos mal ya son meses los q le quedan.
Atenas(06773)09 de abril de 2021 - 10:47 p. m.
¿Alguna duda queda de mi comentario matutino?, casi 6 pm y ningún otro comentario, ni a su favor. Y no sólo es con Cuervo, es pa el grueso de vagarosos opinadores q' anidan en la trinchera de EE. Renovar o morir. That is the cuestion.
Atenas(06773)09 de abril de 2021 - 01:22 p. m.
Una solemne pérdida d tiempo es leer a estos pandos e intrascendentes opinadores, duchos en hilvanar sencillas y edulcoradas frases atrapaincautos, d ideas q' reciclan con el mismo cuento, sin contextos; como esa d "café-con IVA-", lo q' es paja; o del ...."trabajo, ahorro"....cual mensajes pa los mantenidos. Y entonces entiendo porqué fracasan estos medios.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar