Hay conflictos que son difíciles de resolver porque enfrentan intereses irreconciliables, como cuando alguien no soporta el ruido y tiene de vecino a un trompetista que ensaya día y noche. Hay, de otra parte, conflictos que no dependen tanto de intereses antagónicos, sino de la mala disposición de una de las partes, como cuando uno tiene un vecino cascarrabias que protesta por el más mínimo ruido que oye detrás de sus paredes. ¿A cuál de estos dos conflictos se parece el actual desencuentro entre el Gobierno y la minga indígena? Tengo la impresión de que al segundo y voy a tratar de explicar por qué.
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El Gobierno y la minga
17 de octubre de 2020 - 03:00 a. m.