El informe del magistrado Armando Novoa

Luis I. Sandoval M.
04 de septiembre de 2018 - 05:00 a. m.

Buena práctica que un funcionario, magistrado o autoridad pública, rinda cuentas de su gestión ante la ciudadanía. La rendición de cuentas está prescrita directamente por la ley para cargos específicos. En la consulta anticorrupción el punto 5 la planteó como  obligatoria para los parlamentarios.

Los pocos votos que faltaron para el umbral no quita fuerza de mandato al altísimo respaldo que, contra todo pronóstico, obtuvieron éste y los demás puntos en la manifestación ciudadana del 26 de agosto. Por fortuna parece que así se está asumiendo por gran parte de la sociedad y por el propio gobierno, falta ver cuál será la posición de las distintas bancadas cuando estén en debate los proyectos anticorrupción.   

Si tal valor tiene la rendición de cuentas para la transparencia en democracia, pertinente es resaltar el hecho de que un magistrado del Consejo Nacional Electoral como Armando Novoa García, haya convocado a realizar este ejercicio el pasado martes 30 de agosto, con informe escrito y editado, nutrida presencia ciudadana, expertos, exconstituyentes del 91 y medios de comunicación. No sé de otros magistrados que hayan hecho algo semejante.

Novoa repasa todos los asuntos relevantes de los últimos cuatro años en el CNE: revocatoria de inscripción de candidatos, propaganda electoral y control por el CNE, financiación partidista y electoral: ¿inoperancia deliberada del CNE?, investigaciones por el caso Odebrecht, escrutinios: entre los argumentos técnicos y la improvisación administrativa, revocatoria de mandato: garantías para los elegidos no para los electores, plebiscito y refrendación de acuerdos de paz, participación política de Farc. No son solo informaciones descriptivas sino que el texto contiene revelaciones, caracterizaciones y recomendaciones importantes.

De conjunto lo que se aprecia al escuchar y leer el informe es que el CNE es una institución desueta, originada en los mismos actores a quienes debe controlar, que no cumple con la función de garantizar el juego limpio de la pluralidad política propia de la democracia, opera como una bicicleta estática, no mantiene diálogo abierto con los partidos, la mayoría de magistrados de los partidos tradicionales y de gobierno discrimina y sabotea el trabajo de quien proviene de la oposición política, asunto que se acentuó con el vocero que ingresó por el nuevo partido fruto de los acuerdos de paz.

La entrevista que el domingo pasado hace Cecilia Orozco, en este diario, al magistrado Novoa corrobora el crudo diagnóstico de lo que es y hace el CNE y  la transformación urgente y honda que requiere: “El CNE es una entidad funcional a los intereses de los partidos mayoritarios y obedece a una lógica puramente transaccional y clientelista. La reforma debería incorporar una nueva categoría: la del poder ciudadano. Los resultados de la consulta anticorrupción deberían interpretarse como un mandato para transformar, también, la organización electoral y el Consejo, en particular. Hace poco el actual gobierno presentó un proyecto de reforma de esta corporación que no solo es insuficiente sino peligroso porque le amplifica los poderes sin restarle clientelismo ni capacidad de manipulación… la madre de todas las corrupciones es la que nace de los procesos electorales”.  

El CNE no asegura el juego limpio de la pluralidad política, se vio en la última situación en que Novoa fue ponente, el de la personería jurídica para el movimiento que lidera Gustavo Petro. El candidato que quedó segundo en la elección presidencial adquiere la condición de Senador de la República (Ley de equilibrio de poderes), supuestamente para encabezar la oposición pero no puede hacer uso de las garantías que la ley (Estatuto de la Oposición) le otorga para ejercerla porque no tiene personería jurídica después de haber obtenido ocho millones de votos. Insostenible esta decisión del Consejo porque, lo señala Novoa, “no se puede hacer primar el formalismo sobre el fondo de los principios de la Constitución del 91”. Ya lo corroboró el propio Procurador General. 

Imprescindible la reforma de toda la institucionalidad electoral, la propuesta que el gobierno presenta no se corresponde con la dimensión del problema. Los nuevos magistrados del CNE, elegidos por el Congreso hace una semana, tienen enorme responsabilidad en corregir prácticas nefastas y coadyuvar a las reformas necesarias. Entre ellos está el jurista Luis Guillermo Pérez, de amplia experiencia y probada transparencia, quien reemplaza a Armando Novoa como vocero de los partidos minoritarios y de oposición.    

¿Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? ¿Hasta cuando, presidente Duque, seguirán los asesinatos de líderes sociales? ¿Hasta cuándo?

lucho_sando@yahoo.es

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