“El irlandés”

Guillermo Angulo
24 de diciembre de 2019 - 05:00 a. m.

El octogenario Frank Sheeran (Robert de Niro) narra en flashbacks la historia de la mafia gringa, paralela a la del país. ¿Qué hace un irlandés en una película de mafiosos? Sheeran aprendió italiano cuando estuvo peleando en el sur de Italia (patria de la mafia) bajo el mando del general Patton, famoso por su arenga: “El objetivo de la guerra no es morir por la patria, sino hacer que otros hijos de puta mueran por la suya”. Por eso, no es raro que, al regresar a su país, el irlandés —famoso por nunca dejar traslucir sus sentimientos— termine de gatillero de la mafia.

El irlandés, dirigida por Martin Scorsese, es una incuestionable obra maestra, y los personajes principales los representan Robert de Niro, Al Pacino y Joe Pesci. Casi en forma unánime la crítica internacional le da el galardón de la mejor actuación a Pesci. Para mí se lo lleva De Niro, le sigue Pesci y por último, representando al famoso sindicalista gringo Jimmy Hoffa, Al Pacino.

La novedad técnica de la película es mostrar a los personajes de distintas edades (De Niro, por ejemplo, entre sus 26 y 80 años), lo que ya se había hecho antes en películas menores como El curioso caso de Benjamin Button.

En El irlandés se utilizaron cámaras de tres lentes y maquillaje ultravioleta, y un sofisticasdo sistema tecnológico, que permite esa magia temporal sin interferir en la expresión de las caras de los actores.

La película de Scorsese nos pasea no sólo por la historia contemporánea de la mafia —de la que es una verdadera biblia—, sino que nos muestra versiones propias de la historia reciente de Estados Unidos: la elección de Kennedy con la ayuda de su corrupto padre, la ascensión de Castro, Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles y el asesinato de Kennedy. Vemos también la caída de Nixon, tras el impeachment por Watergate. Todo esto desde un punto de vista muy particular, personal y novedoso.

Y están también todos los temas que se tocan en las películas italoamericanas de gánster: la importancia de la familia, la amistad y la profunda religiosidad católica que, como en el caso colombiano, no les impide matar.

De esta película sólo quiero agregar dos cosas: es una verdadera obra de arte, culminación de la gloriosa carrera de Martin Scorsese, y es obligatorio verla, ojalá en cines, o si no en Netflix.

Como la Academia ve a Netflix como una “caranga resucitada”, provocará un verdadero cisma a la hora de los Óscar, pues se los merece todos, y de pronto sólo le dan uno “por aportes técnológicos”.

El irlandés está basada en el libro Me contaron que tú pintas casas, de Charles Brandt, un eufemismo para decir que un sicario al hacer su trabajo embadurna las paredes con sangre.

En cierta forma los colombomexicanos somos precursores del título: en el famoso corrido mexicano matan a Rosita Alvírez, y su casa “era colorada y estaba recién pintada: con la sangre de Rosita le dieron otra pasada”.

Y en Bogotá, en el barrio La Macarena, hay un edificio pintado de rojo colonial, al que los vecinos llaman “La casa de Rosita Alvírez”.

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