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El legado de Mario Arrubla

Salomón Kalmanovitz
21 de diciembre de 2020 - 03:00 a. m.

Colombia era un desierto intelectual en los años 60. La guerra civil, encubierta bajo el nombre de La Violencia (1948-1957), las dictaduras conservadoras -incluida la de Rojas Pinilla- y el congelamiento producido por el Frente Nacional, que impidió cicatrizar las hondas heridas sociales causadas, aislaron al país del mundo y silenciaron a sus intelectuales.

Una década antes, dos muchachos nacidos en el barrio Manrique de Medellín, muy curiosos y asiduos lectores, decidieron abandonar el colegio, en el que les enseñaban a memorizar pendejadas. Leyeron El capital, de Carlos Marx, estudiaron la filosofía de Hegel y de Sartre, cavilaron sobre las obras de Thomas Mann y se adentraron en las profundidades de Freud. Se trataba de Estanislao Zuleta y de Mario Arrubla.

La rebeldía de Arrubla y Zuleta los llevó al Partido Comunista, en el que se sintieron atados por otra camisa de fuerza. Entonces hicieron tolda aparte con un grupo de jóvenes intelectuales al que llamaron Partido Socialista Revolucionario. Entre ellos se encontraban Jorge Orlando Melo, Margarita González, Germán Colmenares, Álvaro Tirado y otros más, todos sofocados por el oscurantismo que imperaba en las universidades, por la falta de debate y por el cierre a las grandes corrientes intelectuales internacionales. Había notables excepciones: Luis Ospina Vásquez, autor de Industria y protección en Colombia 1810-1930, Jaime Jaramillo Uribe y Orlando Fals en la UN, y unos pocos más.

Arrubla y su grupo publicaron la revista Estrategia, en la que presentaron sus visiones críticas de la historia y la sociedad colombiana. De allí surgió su libro Ensayos sobre el subdesarrollo colombiano, que editó Moisés Melo en 1969. Se incubaba entonces un gran movimiento estudiantil que estalló con fuerza en los años 70 y que se alimentó de las ideas de Arrubla y Zuleta. Los ensayos tuvieron gran éxito editorial: en los años 60 pocas publicaciones pasaban de 500 ejemplares, pero en la siguiente había tirajes de 5.000 y más ejemplares de revistas y libros. La obra de Arrubla tuvo 18 ediciones, sin contar las piratas, que fueron muchas. Publicó, además, varias revistas y editó Colombia hoy, que también logró muchas ediciones.

En América Latina había un renacimiento simultáneo de la izquierda, apoyado en Raúl Prebisch de la Cepal, quien analizó los términos de intercambio entre países pobres que exportaban materias primas para cambiarlas por manufacturas de los países ricos y que se estancaban, ideas que se radicalizaron en la teoría de la dependencia. Esta afirmaba, en esencia, que las relaciones desiguales entre las economías dependientes y las imperialistas eran la causa fundamental del subdesarrollo. Tal visión fue divulgada por André Gunder Frank, de la Universidad de Chicago. Antes de eso, Arrubla ya había expuesto su propia versión, recurriendo a los esquemas marxistas de reproducción, en los que la economía colombiana exportaba materias primas que se cambiaban por maquinaria que no podíamos producir, perpetuando nuestro subdesarrollo.

El 7 de diciembre pasado murió Mario en Amherst, Estados Unidos. Mi crítica a su trabajo fue un peldaño crucial en mi carrera, pero le quedé debiendo y ¡de qué manera!

CODA: me disculpo con Roberto Steiner, pues afirmé que recién nombrado iba a ser partidario de Carrasquilla en la junta del Banco de la República. Steiner fue, en cambio, su valiente opositor y ayudó a frenar su ilegítima ambición.

 

Fernando(88612)22 de diciembre de 2020 - 02:15 a. m.
Esta columna indirectamente señala el estancamiento de las ciencias sociales en Colombia, una vez terminado el periodo del que habla Kalmanovitz. La sociología quedó postrada después de Fals Borda.
Alberto(3788)21 de diciembre de 2020 - 09:24 p. m.
Muy pertinente recorrido sobre esa historia tan importante. Intelectuales de talla mayor. Importante disculpa con Roberto Steiner, gracias a él se puso un obstáculo a la consolidación de la tiranía también en el Banco.
Arkanos(kwupp)21 de diciembre de 2020 - 07:22 p. m.
Profesor Kalmanovitz, sería oportuno debatir sobre la importancia de la explotación, cultivo y exportación de la Prime Punto Rojo, como eje fundamental para el desarrollo colombiano en el inmediato futuro...
Edwin Manuel(22811)21 de diciembre de 2020 - 12:52 p. m.
Es muy importante la historia económica de Colombia, que se estudie más en los colegios y universidades, para que avancemos a soluciones ajustadas a nuestra realidad y no importando doctrinas. Lamentable la partida del profesor Arrubla, pero nos dejó un importante aporte para entender la Colombia de hoy. El conocimiento es el mejor antídoto contra el fanatismo y la intolerancia.
  • Orlando(11296)21 de diciembre de 2020 - 01:24 p. m.
    Muy bien, de acuerdo.
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