El milagro peruano

Antonio Casale
16 de junio de 2018 - 02:00 a. m.

Hasta hace poco, Perú era la cenicienta del continente. Incluso estaba por debajo de Venezuela y a la par de Bolivia. La generación de Pizarro y Vargas tenía talento, pero fuera de la cancha eran unos auténticos impresentables. La noche no era usada propiamente para dormir.

Cansados de añorar las décadas de los 70 y 80, y las jugadas de Cueto, La Rosa, Uribe y compañía, los dirigentes peruanos decidieron construir un plan denominado Catar 2022. Una estrategia que incluía la financiación de 25 semilleros a lo largo y ancho del país, con responsabilidades auditadas por parte de los encargados para los clubes profesionales, que adquirieron el deber de nutrir estas escuelas en colaboración con la federación.

Paralelamente, Ricardo Gareca, el entrenador de la selección de mayores, que comenzó las eliminatorias obteniendo apenas 4 puntos de 18 posibles en las seis primeras salidas, decidió apostarles a los más jóvenes en la Copa América Centenario de Estados Unidos. Se dio la pela de salir de Pizarro y Vargas, vacas sagradas de la selección, cosa que le valió muchas críticas. Además dejó la cuota de experiencia en manos de Paolo Guerrero y Farfán, respetó el estilo exquisito y ofensivo de siempre de los incas, los convenció de que no existen imposibles y armó un equipo en todo el sentido de la palabra.

La suerte también ayudó un poco. Tres puntos ganados en el escritorio ante Bolivia, por la alineación indebida de Nelson Cabrera en el juego que los del altiplano ganaron dos a cero en la cancha, representaron una inyección moral evidente en la tabla de posiciones.

Ahí se potenciaron jóvenes talentosos como Cueva, Flores, Renato Tapia y Miguel Trauco, bajo la capitanía del gran Paolo Guerrero. El resultado fue una monumental remontada con resultados inéditos, como las victorias a domicilio sobre Paraguay y Ecuador.

Lo demás es historia. Perú adelantó su objetivo de volver a un Mundial para la cita de Rusia 2018 tras dejar en el repechaje a Nueva Zelanda. La escala de valores innegociables de Gareca, que comprende ambición, solidaridad, humildad y compromiso, ha logrado que los incas estén inmersos en una gran racha. No pierden desde noviembre de 2016, cuando Brasil les ganó en el marco de la lógica de las eliminatorias. Hoy ocupan el puesto 11 en el escalafón FIFA, por encima de países como Inglaterra, Uruguay y Colombia.

Perú ha demostrado que al talento hay que rodearlo con estrategia para llegar lejos. Hoy debutan ante Dinamarca y tienen serias posibilidades de convertirse en la grata sorpresa de este Mundial.

 

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