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El nuevo rumbo

Eduardo Sarmiento
09 de mayo de 2021 - 05:01 a. m.

Está visto que la crisis económica obedeció a una reducción del ahorro causada por la cuarentena y acentuada por la política fiscal y ampliación del consumo. El desajuste se manifiesta en un déficit fiscal de 9 % PIB en un país con tasa de ahorro de menos de 20 %. La cuadratura del círculo se hubiera podido corregir en su momento con una expansión monetaria muy superior a la tendencia histórica tanto en 2020 como en 2021. La caída de la economía se habría detenido en seis meses y a estas alturas se encontraría en franca recuperación. El producto nacional estaría aumentando por encima del nivel de 2019. En su lugar, se presenta una reforma tributaria basada en impuestos indirectos y en mayores tarifas a la renta, que significan la reducción del salario y el deterioro del coeficiente de Gini, y precipitaron la protesta social que resquebrajó la unidad nacional. A renglón seguido, Carrasquilla renuncia y el Gobierno retira el proyecto presentado al Congreso.

Lo cierto es que la economía enfrenta una seria deficiencia de ahorro ocasionada por la pandemia y por la ampliación del déficit destinado a aumentar el consumo. El desajuste se sintetiza en un déficit fiscal de 9 % del PIB que no es sostenible. Mientras persista el déficit fiscal, la economía no estará en capacidad de reactivarse, es decir, de aumentar la producción y el empleo. Por lo demás, se acercará a un desbalance de caja que impide atender los compromisos presupuestales.

Nada que hacer. Dentro del modelo imperfecto de equilibrio y mercado dictado por la ortodoxia la única forma lícita para elevar el ahorro es mediante la reducción del salario y el medio más disimulado de hacerlo es por el sistema tributario. Ante el rechazo de la opinión pública, la actitud correcta no es mantener el déficit fiscal y financiarlo con la reducción de la inversión. La economía quedaría sin ahorro que garantice el balance interno entre el ahorro y la inversión y la capitalización que sostenga el crecimiento económico.

La alternativa es el cambio de modelo que he presentado reiteradamente mediante reformas estructurales que eleven el ahorro y sostengan el salario por encima de la productividad. Sin embargo, estas transformaciones no se pueden adoptar intempestivamente; se requieren conciliaciones que toman períodos largos de gestación. El primer paso es la revisión de la política comercial que eleve los aranceles en forma selectiva y adopte una política industrial para configurar una estructura comercial de mayor complejidad y productividad del trabajo. La más importante en las circunstancias actuales del país, que modifica de tajo el modelo económico, es el replanteamiento de la concepción monetaria del Banco de la República y el Gobierno a fin de aumentar la emisión, bien sea en forma selectiva o general, en 4 % del PIB en el presente año y en el siguiente. La fórmula contrarrestaría el déficit fiscal y suministraría un alto margen de maniobra para mejorar la distribución rápidamente y avanzar en la reactivación. A la luz del replanteamiento de la teoría monetaria convencional, la propuesta bien implementada no tendría mayores riesgos inflacionarios.

La concepción económica de equilibrio y libre mercado no es un buen marco de referencia para conciliar la eficiencia y la equidad. El modelo imperante en los últimos 30 años propicia el crecimiento a cambio de colocar el salario por debajo de la productividad. Ya se vio como la solución de mercado de bajar el salario fue rechazada por la protesta social. La alternativa no es convivir con el déficit fiscal y dejar que sustituya la inversión y la capitalización. La solución de fondo es el nuevo modelo que eleve la tasa de ahorro y el salario.

 

Bueno Bueno(20426)09 de mayo de 2021 - 07:00 p. m.
Lo primero que tienen que hacer es repatriar los inmensos capitales engordados con las políticas de ayuda del gobierno a los oligarcas y posteriormente fugados. Derogar la pasada reforma tributaria. Aumentar la inversión en infraestructura, construcción, mover la economía. Como eso no lo van a hacer, entonces lo mejor es que se vayan, que renuncien
Atenas(06773)09 de mayo de 2021 - 04:35 p. m.
Estos diagnósticos económicos, tan abstrusos como agentes haya pa exponerlos, sempiterna/ dejan de lado lo q' debe ser el propósito final de toda política q' pretenda llevar desarrollo y bienestar al colectivo: el crecimiento económico a cualq. precio, o todo cuánto genere riqueza y plusvalía social consecuente/. Mucho se debaten formas y se deja de lado el fondo.
  • Nautilus(os9iw)09 de mayo de 2021 - 06:42 p. m.
    Ud., lee, pero no entiende o se hace el toche y creo es esto último. Conclusión, solo dice estupideces.
UJUD(9371)09 de mayo de 2021 - 11:50 p. m.
Y cada día más pobres, el dinero nuestro es un chiste...
Felipe(94028)09 de mayo de 2021 - 10:42 p. m.
El Dr. Sarmiento nos suelta su reflexión, tan retórica como infumable, para decirnos que hay que prender la máquina de hacer billete para evitar que se prenda, aún más, el país y que no es lo ortodoxo, pero que hay que salir del hueco como sea. Bueno, es lo que han hecho gringos y europeos, sacar el helicóptero y regar de plata sus países contra aumento de deuda pública y bajos tipos de interés.
ELIZABETH(23598)09 de mayo de 2021 - 12:54 p. m.
Politicas fiscales, politcas monetarias, inflacion, PIB, coeficiente de Gini. Todo eso para decir que desde el descubrimiento de américa la situacion économica, se deteriora afectando cada vez las clases mas vulnerables. Y Esto es valido en Colombia, en africa o en cualquier lugar del mundo.
  • Mar(60274)10 de mayo de 2021 - 01:16 a. m.
    Y unos pocos robándose lo que es de todos y ¡YA NO MÁS!
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