El Presidente en su encrucijada

Luis Carvajal Basto
24 de julio de 2017 - 02:00 a. m.

Santos debe apostar no solo a la aprobación de Leyes pendientes. Se trata de recomponer una coalición que garantice en las presidenciales la consolidación de la Paz, que no tiene un candidato sólido. El nuevo gabinete será una apuesta clara en esa dirección. ¿Cómo decidirá?

Se equivocan quienes consideran que un Santos que no marca bien en las encuestas tiene poco por hacer en la elección de su sucesor. Puestos ante la inminencia “del que escoja Uribe” en segunda vuelta, dada la polarización, no es difícil asumir  que todos los demás sectores se alinearán detrás del candidato no Uribista que resulte con más votos en la primera. En esa selección, cuyo hecho político más importante son las parlamentarias de marzo, el “guiño” del gobierno; los cambios en el gabinete, serán definitivos.

Hasta hace unos meses, el  respaldo de Santos al actual Fiscal, dio a entender que  se jugaba por quien fue su compañero y Vicepresidente, el doctor Vargas, quien ha hecho lo necesario a través de su bancada por desmarcarse  de  Santos, lo que resulta imposible: no es que se le  “parezca”: es que gobernó con él. Pero esa candidatura se ha desdibujado, al punto que ha perdido en las encuestas, en solo seis meses, un 42% de favorabilidad. Vargas ha logrado, con su ambigüedad, alinear en su contra  a sectores de centro izquierda que serán definitivos en las presidenciales. Nadie imagina al Polo, los Verdes o la izquierda votando por él. No pasaría a segunda vuelta. Su imagen desfavorable es superior a la favorable.

Otro candidato natural de Santos, sería el también ex vicepresidente y negociador De la Calle. Pero no tanto como para silenciar las voces que dentro del propio Liberalismo piden la realización de una consulta interna en la que podrían participar candidatos con vuelo propio como Juan Manuel Galán , Clara López , Vivian Morales Juan Fernando Cristo y Luis F.Velasco. Con una fuerte ascendencia histórica, aunadas sus vertientes, pero también parlamentaria, lo que decida el Liberalismo será determinante en la elección del candidato del centro-izquierda.

Por las mismas razones que Vargas, y su desconocimiento en la opinión, la candidatura del ex ministro Pinzón, nació sin probabilidades de éxito.

Así que no es sencillo para el presidente  jugar sus cartas en la sucesión; menos cuando soplan vientos de desintegración en el partido de la U, cuyos integrantes en su mayoría  podrían retornar al Liberalismo, otorgando más valor a la orientación y decisiones que asuma en su próximo congreso. Fue el núcleo de la coalición que se termina y que eligió a Santos en dos ocasiones. También lo será en la coalición naciente, cosa que podría ocurrir con una consulta interpartidista en la que participen los sectores no Uribistas. Al fin de cuentas no ha tenido ambigüedades: La Paz ha sido, y es, un propósito Liberal.

La movida del ex presidente Uribe, al llamar al ex presidente Pastrana “a filas”, fue una manera de anticiparse a la eventual desintegración de la U. Sectores conservadores de ese partido ya tendrían, por adelantado,  jefe en la coalición anti-acuerdos.

No parece que en su último año el presidente Santos, comenzando con el cambio de gabinete que se viene, pueda permanecer indiferente al orientar su sucesión. Tampoco, que siga respaldando a un declinante Vargas Lleras. Su apuesta tendría que ser por la nueva coalición que liderará el Liberalismo. En muy poco lo sabremos.

@herejesyluis  

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